El pastor fue acusado por la muerte de tres personas de una familia en 1991. Ahora ha sido absuelto y puesto en libertad después de más de tres décadas en prisión. Uno de los testigos admitió después de años que nunca había visto al acusado en la escena del crimen.
Beniamino Zuncheddu, un pastor de Cerdeña, fue víctima del mayor error judicial en la historia de Italia. El sábado 27 de enero, el Tribunal de Apelación de Roma absolvió al hombre que pasó casi 33 años en prisión por un delito que no cometió: la masacre del Sinnai.
¿Qué pasó en la masacre del Sinnai?
Zuncheddu tenía 26 años en enero de 1991, cuando se produjo un triple asesinato en el interior de un corral de ovejas en Sinnai, un municipio cercano a Cagliari. En febrero fue detenido y Luigi Pinna, cuarta víctima que sobrevivió al ataque a pesar de sus heridas y único testigo, lo acusó de matar a los tres pastores Gesuino Fadda, a su hijo Giuseppe y a Ignazio Pusceddu. Basándose en gran medida en este testimonio, Zuncheddu fue condenado a cadena perpetua en junio de 1992, a pesar de sus repetidas afirmaciones de que no tenía nada que ver con ello.
El punto de inflexión en el caso Zuncheddu
En 2017, el abogado Mauro Trogu se hizo cargo del caso y empezó a investigar. El letrado descubrió una enorme cantidad de hechos que no cuadraban. Estos hallazgos fueron suficientes para iniciar un nuevo juicio en 2020. El punto de inflexión se produjo cuando Pinna, que efectivamente envió a Zuncheddu tras las rejas, admitió que nunca había visto el rostro de Beniamino ni el del atacante, ya queque estaba cubierto. El testigo dijo que un policía le mostró la fotografía de Zuncheddu insistiendo en que él era el asesino. "Cometí un error al escuchar a la persona equivocada", dijo Pinna. La acusación, basada casi exclusivamente en la identificación del "sospechoso", fracasó por completo.
Zuncheddu, en libertad 33 años después: "Es el fin de una pesadilla"
En noviembre del año pasado Beniamino fue puesto en libertad porque el tribunal suspendió su sentencia. Este pasado sábado, los jueces finalmente declararon que Zuncheddu había pasado casi 33 años en prisión sin ningún motivo. "Es el fin de una pesadilla", dijo entre lágrimas el pastor. Después de la sentencia, estalló un largo aplauso en la sala del tribunal. Por el momento no está claro si Zuncheddu recibirá una indemnización por los condenados injustamente ni qué pasará con el policía y por qué obligó al testigo a señalar a Zuncheddu.