La directora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Samantha Power, dijo que aceptaba informes "creíbles" de que ya se está produciendo una hambruna en el norte de Gaza, e instó a Israel a tomar medidas adicionales para aumentar los envíos de ayuda humanitaria.
Power hizo esas declaraciones en respuesta a una pregunta de un legislador el miércoles, y expresó además que los civiles (particularmente los niños) sufren desnutrición extrema en todas las partes de Gaza.
Sus comentarios no incluyeron el uso de la palabra "hambruna", pero respondió afirmativamente cuando se le preguntó si creía que la hambruna había comenzado en el norte.
Power no es el primer alto cargo estadounidense que describe la situación de hambre y la desnutrición en Gaza. La semana pasada en Bruselas, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo que todos los habitantes de Gaza padecían una grave inseguridad alimentaria.
"El 100% de la población de Gaza conoce niveles agudos de inseguridad alimentaria. El 100% de la población necesita ayuda humanitaria", dijo Blinken.
Además, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo esta semana que Israel no está haciendo lo suficiente para aumentar el flujo de ayuda humanitaria hacia Gaza.
Los bombardeos y las ofensivas terrestres israelíes han matado al menos a 33.360 palestinos en Gaza y han herido a 74.993, según el Ministerio de Sanidad gazatí, que añade que las mujeres y los niños representan dos tercios de los muertos.
Israel dice que está preparado para defenderse y contraatacar si Irán toma represalias
Mientras tanto, la sombra de la guerra se proyecta sobre la región. El jueves, el Ejército de Israel dijo que está preparado para defender el país y contraatacar si Irán toma represalias por un ataque aéreo mortal contra el consulado iraní en Siria.
Teherán responsabiliza a Israel por el ataque de principios de este mes, que el Pentágono también cree que llevó a cabo Israel, aunque Tel Aviv no ha hecho comentarios al respecto. El aumento de las tensiones ha despertado preocupación internacional ante el riesgo de que la devastadora guerra de Israel contra Hamás en Gaza pueda extenderse al resto de Oriente Medio.
Israel se topa con la oposición de los judíos ultraortodoxos
También el jueves, miles de hombres judíos ultraortodoxos protestaron en Jerusalén por un fallo judicial que podría poner fin a sus exenciones del servicio obligatorio en el Ejército israelí.
Con carteles que decían "a la cárcel, no al Ejército", se manifestaron frente a la oficina de alistamiento militar de Israel. Hubo enfrentamientos entre la policía y algunos de los manifestantes.
El mes pasado, la Corte Suprema de Israel ordenó el fin de los subsidios gubernamentales para muchos hombres ultraortodoxos que no sirven en el Ejército. El fallo podría tener consecuencias de gran alcance para el Gobierno y las decenas de miles de religiosos que se niegan a participar en el servicio militar obligatorio.
A la mayoría de los hombres judíos se les exige servir casi tres años en el Ejército, seguidos de años de servicio en la reserva. Las mujeres judías cumplen dos años obligatorios.
Las exenciones para los ultraortodoxos, junto con los estipendios gubernamentales que muchos estudiantes de seminario reciben hasta los 26 años, han enfurecido a gran parte del público en general.
Estas tensiones, de largo recorrido, no han hecho más que aumentar en los seis meses de guerra en Gaza. Los ultraortodoxos dicen que integrarse en el Ejército amenazará su modo de vida, que se ha mantenido por generaciones. El Ejército, por su parte, ha manifestado que sufre escasez de personal debido a la guerra.