Cientos de manifestantes se reunieron frente al Parlamento búlgaro para expresar su rechazo a una controvertida enmienda legal aprobada esta semana. La nueva legislación prohíbe hablar de temas LGTBIQ+ y las llamadas "opciones sexuales no tradicionales" en las escuelas.
El jueves, manifestantes se reunieron frente al Parlamento búlgaro para expresar su rechazo a una controvertida enmienda legal aprobada el día anterior. Esta nueva legislación prohíbe hablar de temasLGTBIQ+ y las llamadas "opciones sexuales no tradicionales" en las escuelas.
Grupos feministas, LGTBIQ+ y otros colectivos de derechos organizaron la protesta para exigir la revocación de la enmienda, que sus partidarios denominan "prohibición de la propaganda LGTBIQ+ en las escuelas". Los manifestantes, ondeando la bandera LGTBIQ+, coreaban consignas como "¡Veto a la ley!" mientras la Policía vigilaba la concentración.
"Este es el primer paso para convertir la orientación sexual no tradicional en un delito. Considero esto absolutamente inaceptable y fuera del espíritu de lo que aspiramos a ser como país y sociedad", declaró Ivan Ivanov, un manifestante presente en la concentración del jueves.
Prohibición de propaganda LGTBIQ+ en escuelas
El miércoles, el Parlamento búlgaro aprobó la enmienda a la legislación educativa del país. La enmienda fue introducida por el partido prorruso Vazrazhdane y, sorprendentemente, respaldada por algunos partidos pro-Unión Europea. En el Parlamento búlgaro de 240 escaños, 159 legisladores votaron a favor del cambio.
La nueva legislación prohíbe la "promoción, popularización y apoyo de ideas y opiniones relacionadas con la orientación sexual no tradicional o la identificación sexual distinta a la biológica" en las escuelas.
Además, se aprobó una ley que define la "orientación sexual no tradicional" como aquella que es "diferente de las nociones generalmente aceptadas y establecidas en la tradición legal búlgara de atracción emocional, romántica, sexual o sensual entre personas del sexo opuesto".
Bulgaria, miembro de la UE, ha sido criticada en el pasado por violar los derechos de la comunidad LGTBIQ+ y se le ha instado a garantizar su reconocimiento y protección. El país también se ha negado a ratificar el Convenio de Estambul sobre la prevención de la violencia contra las mujeres debido a la creencia generalizada de que promueve los derechos LGTBIQ+.
Legislaciones similares anti-LGTBIQ+ se han aprobado en otros países de la región, incluyendo Hungría, Bosnia y Herzegovina, Moldavia y Turquía, lo que refleja una tendencia preocupante en cuanto a los derechos de la comunidad LGTBIQ+ en Europa del Este y los Balcanes.