Un comité de California ha negado la libertad condicional a Erik Menéndez, condenado junto a su hermano por asesinar a sus padres en 1989. Las autoridades señalaron su mal comportamiento en prisión como la razón para mantenerlo encarcelado.
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Un comité de California negó este jueves la libertad condicional a Erik Menéndez, condenado junto a su hermano mayor por asesinar a sus padres en 1989. Las autoridades señalaron que su conducta indebida durante décadas en prisión demuestra que sigue siendo un riesgo para la seguridad pública.
El panel, integrado por dos comisionados, rechazó la petición de libertad condicional por tres años, tras lo cual Menéndez podrá volver a solicitarla. El caso, que aún despierta gran interés en la opinión pública, tendrá un nuevo capítulo el viernes, cuando se celebre la audiencia de su hermano Lyle en la misma prisión de San Diego.
Los comisionados concluyeron que Menéndez no debía ser liberado tras una audiencia de un día en la que lo interrogaron sobre los motivos del crimen y sobre sus infracciones a las normas carcelarias. La decisión se tomó pese al firme apoyo de familiares que llevan meses reclamando la liberación de los hermanos.
"Dos cosas pueden ser ciertas: pueden amarte y perdonarte, y al mismo tiempo puedes ser considerado no apto para la libertad condicional", dijo el comisionado Robert Barton. Barton subrayó que la razón principal de la negativa no fue la gravedad del asesinato, sino la conducta de Menéndez en prisión. El uso reiterado de teléfonos móviles fue descrito como "egoísta" y una muestra de que el recluso cree que las normas no se aplican a él.
Una fortuna millonaria
Menéndez, visiblemente afectado por la decisión, escuchó con atención. "Contrario a lo que creen tus seguidores, no has sido un preso modelo y, francamente, eso nos parece inquietante", añadió Barton, cuestionando si Menéndez había sido del todo sincero con su familia sobre su comportamiento en prisión.
Estas audiencias representan el momento más cercano que han estado los hermanos Menéndez de recuperar la libertad desde su condena, hace casi 30 años.
Erik y Lyle Menéndez fueron sentenciados en 1996 a cadena perpetua por asesinar a tiros a su padre, José Menéndez, y a su madre, Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills. Mientras la defensa argumentó que actuaron en defensa propia tras años de abusos sexuales por parte del padre, la Fiscalía sostuvo que el motivo fue heredar una fortuna millonaria.