Un enfermero húngaro que presenció la muerte de József Sebestyén en Ucrania asegura a 'Euronews' que no vio signos de violencia. La versión médica contradice las acusaciones del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que culpa a Ucrania de un supuesto asesinato durante un reclutamiento.
József Sebestyén, ciudadano con doble nacionalidad ucraniano-húngara, habría sido golpeado hasta la muerte por negarse a alistarse en el Ejército ucraniano, según afirma desde hace casi una semana el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Sus medios progubernamentales, que mantienen una línea crítica constante hacia Ucrania y el presidente Volodímir Zelenski, han respaldado activamente esta versión, que muchos califican como teoría de la conspiración.
El viernes, diversos portales afines al Gobierno difundieron con rapidez la noticia de que el patólogo que realizó la autopsia de József Sebestyén había sido presuntamente chantajeado por las autoridades ucranianas. Según el medio 'Index', que no citó fuentes, el médico forense Joszip Akar habría falsificado el informe a cambio de la liberación de su hijo, capturado poco antes por los ucranianos.
Pero el equipo de 'Euronews' consiguió entrevistar a un enfermero de nacionalidad húngara en Transcarpatia, una óblast del sudoeste de Ucrania,** que estaba dispuesto a admitir que Sebestyén no había sido golpeado hasta la muerte. Zoltán Razsó pasó 27 meses en el frente, sirvió con Sándor Fegyir, que fue nombrado embajador en Budapest y que sobrevivió a los combates en Bajmut.
Según Razsó, él mismo se encontraba trabajando en la sala cuatro cuando József Sebestyén falleció. Al preguntar a sus compañeros qué había sucedido, le informaron que el hombre, sin presentar signos clínicos graves, sufrió una parada cardíaca repentina y se desplomó en el baño. Razsó confiaba en la integridad del forense a cargo del caso y, más tarde, supo que la causa de la muerte fue un coágulo de sangre que se originó en una pierna y terminó alojándose en las arterias del corazón.
Aun así, Razsó continuó indagando con otros colegas. Varios confirmaron que habían visto a Sebestyén en al menos dos pabellones distintos y que, pese a los múltiples exámenes realizados al cuerpo, no observaron signos de violencia. "Normalmente se registran hematomas o contusiones", explicó el veterano enfermero a 'Euronews'.
Esto no significa, por supuesto, que los vídeos que circulan por internet sean falsos. Pero el veterano recordó que es una práctica habitual meter a la gente en autobuses y "darles una lección" si intentan evitar el servicio militar obligatorio. No suelen acudir a los cuarteles militares para actualizar sus datos, a pesar de las repetidas advertencias.
Circulan numerosos vídeos en internet que muestran a reclutadores actuando con dureza hacia civiles. En la mayoría de los casos, se trata de personas que se han negado a alistarse. Este tipo de prácticas es ilegal en prácticamente cualquier país del mundo, incluso en tiempos de guerra.
La resistencia se castiga
Uno de los blogueros de origen húngaro más populares de Transcarpatia, Sándor Lengyák, que ha entrevistado a innumerables soldados desde el estallido de la guerra, aceptó una solicitud de entrevista con 'Euronews'. Nunca ha visto a nadie reclutado por la fuerza, pero admitió que fuera de Transcarpatia, como en Odesa, el "busing" es habitual. En este caso, sin embargo, los agentes uniformados "tratan a los romaníes y a los húngaros exactamente igual que a los ucranianos", afirma Lengyak.
Decenas de húngaros desde Úzhgorod hasta Solyvka afirman que ni siquiera el comunicado antiucraniano de los dirigentes de Budapest provocó que los húngaros y ucranianos de Transcarpatia se enfrentaran entre sí.