España vive un respiro en la lucha contra los incendios que han arrasado ya en lo que va de año las 400.000 hectáreas. Las mejores condiciones meteorológicas permiten estabilizar focos. Aunque la noticia es buena, todavía queda mucho trabajo por hacer.
La directora general de Protección Civil, Virginia Barcones, ha confirmado una evolución "favorable" de los incendios forestales que han azotado España en las últimas semanas, aunque solicita mantener la vigilancia con un "último esfuerzo" para controlar definitivamente la situación.
En su comparecencia comentó que actualmente permanecen activos 18 incendios forestales, de los cuales 16 se encuentran en situación operativa nivel 2 y solo el de Jarilla, en Cáceres, mantiene el nivel 1.
Castilla y León, epicentro de la emergencia
La comunidad autónoma más afectada continúa siendo Castilla y León, donde la Junta ha declarado "alarma extrema" por incendios en 37 municipios de León, Zamora y Palencia hasta el 26 de agosto. La región acumula 8 incendios en nivel 2, otro en nivel 1 y más de una decena activos, con el foco de Igüeña como el que genera mayor preocupación por riesgo de unirse al de Fasgar.
La complejidad de la extinción en esta comunidad radica en que las llamas afectan zonas menos habitadas pero de difícil acceso para los medios terrestres. La estrategia se centra en el ataque con medios aéreos, mientras continúa el realojamiento de vecinos en pueblos afectados como Porto (Zamora), donde la peligrosidad ha descendido al igual que en Molezuelas.
Galicia mantiene ocho focos activos con nuevos desafíos
En Galicia, aunque se desactivó la emergencia en Carballedo (Lugo), permanecen activos ocho incendios: cinco en Orense y tres repartidos entre Pontevedra y Lugo. El incendio de Vilaboa, en Pontevedra, preocupa especialmente por su "accesos complicados" y "gran continuidad forestal", según explican los responsables técnicos del dispositivo.
Los expertos señalan un patrón preocupante: aproximadamente un tercio de los incendios de agosto se han iniciado durante la noche, cuando no operan medios aéreos, lo que apunta a la intencionalidad. Además, se observa el "efecto llamada", donde la existencia de un incendio parece provocar que otros se inicien coordinadamente en diferentes puntos.
El operativo gallego, uno de los más extensos del Estado, incluye medios autonómicos, estatales, locales e internacionales a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil. Sin embargo, las necesidades superan los recursos disponibles, y la normativa de Aviación Civil impone límites de descanso a los pilotos que podrían afectar la operatividad durante el fin de semana.
Mejores perspectivas meteorológicas ofrecen esperanza
Las condiciones climatológicas han dejado de ser desfavorables, convirtiéndose en el factor clave para la mejora de la situación. El descenso de temperaturas, el aumento de humedad y la moderación del viento han permitido que los equipos de extinción aprovechen una ventana de oportunidad para estabilizar los focos uno a uno.
"Ya queda menos", ha declarado Barcones con prudente optimismo, aunque advierte que estos incendios son "muy traicioneros" y pueden reactivarse cuando parecen controlados. Se espera que las máximas continúen disminuyendo en el norte, con nieblas matutinas y nubes de evolución que ayudarán a humedecer el ambiente.
El despliegue mantiene todos los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, medios aéreos, BRIF, Guardia Civil, Policía Nacional y los recursos autonómicos, además del apoyo de nueve países europeos que aportan medios tanto aéreos como terrestres al dispositivo de extinción español.
En Portugal la situación también mejora aunque ya hay 4 muertos por los incendios
Portugal continental también se ha visto afectada por olas de calor extremo desde julio, lo que ha favorecido la aparición de varios incendios rurales, especialmente en el interior norte del país.
El sábado, un agente de protección forestal murió tras resultar herido en Sabugal. El hombre trabajaba para una empresa de protección forestal y tenía 45 años. El miércoles se confirmó la tercera víctima mortal: un hombre de 65 años que murió de madrugada en un accidente con una máquina mientras luchaba contra las llamas en Mirandela, en el norte del país.
Esta muerte se une a la del expresidente de la junta parroquial de Vila Franca do Deão, que falleció el viernes 15 de agosto mientras luchaba contra un incendio en su pueblo, y a la del bombero que murió en un accidente de tráfico cuando se desplazaba a un incendio en el municipio de Fundão, el domingo (17.08).
La superficie quemada supera las 220.000 hectáreas
Hasta el miércoles, 20 de agosto, los incendios forestales habían consumido 222.000 hectáreas, según el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF). El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) señala que ya se ha quemado el 2,69% del territorio portugués, es decir, 247.000 hectáreas de bosque.