Vilna decidió reabrir los pasos de Medininkai y Šalčininkai el jueves, pero adelantó la decisión un día. La decisión ofrece una salida a los cientos de camiones lituanos que permanecían varados al otro lado de la frontera.
El Gobierno lituano anunció el miércoles la reapertura de los dos pasos fronterizos del país con Bielorrusia, semanas después de que fueran cerrados a raíz de las perturbaciones en el aeropuerto de la capital provocadas por globos utilizados para el contrabando de cigarrillos.
El Gobierno de Vilna dijo a finales de octubre que mantendría cerrados los pasos durante un mes, con algunas excepciones. Lituania decidió reabrir los pasos de Medininkai y Šalčininkai el jueves, pero adelantó la decisión un día.
Las autoridades lituanas consideran que las interrupciones de los globos son un acto deliberado de Bielorrusia, estrecho aliado de Rusia. Se espera que la decisión facilite el regreso de los camiones lituanos que quedaron varados en Bielorrusia.
Minsk se negó a abrir un corredor exclusivamente para evacuar los camiones, exigiendo que Lituania reabriera la frontera por completo. Delegaciones de funcionarios de aduanas de ambos países se reunieron el martes para mantener negociaciones técnicas.
La semana pasada, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, dijo que hasta 1.200 vehículos estaban varados en su país y amenazó con incautarlos si Lituania no reabría la frontera. Lukashenko ha denunciado el cierre de la frontera como una "estafa descabellada" y parte de una "guerra híbrida" contra su país.
Lituania es miembro de la OTAN y de la Unión Europea, en el flanco oriental de la alianza militar occidental, y limita con Bielorrusia y el exclave ruso de Kaliningrado. Vilna advirtió de que la frontera podría volver a cerrarse si reaparecen los globos y aeronaves no tripuladas.
"Si la situación vuelve a empeorar, nos reservamos el derecho a cerrar las fronteras en cualquier momento", declaró la primera ministra, Inga Ruginienė, quien añadió que la frontera se reabría antes de tiempo tras varias semanas relativamente tranquilas sin grandes violaciones del espacio aéreo ni interrupciones de los vuelos.
Tanto la OTAN como la Unión Europea han estado en alerta máxima tras una serie de violaciones del espacio aéreo, presuntamente por parte de Rusia, en las últimas semanas.
La OTAN lanzó una advertencia a Moscú a finales de septiembre, afirmando que utilizaría todos los medios para defenderse de cualquier nueva violación de su espacio aéreo tras el derribo de drones rusos sobre Polonia y el informe de Estonia sobre una intrusión de cazas rusos.
Los incidentes provocaron una consternación generalizada entre los dirigentes de toda Europa y suscitaron dudas sobre la preparación de la Alianza Atlántica frente a una posible agresión rusa.