Mientras tanto, Rusia prosiguió sus ataques contra Ucrania, disparando decenas de drones contra infraestructuras energéticas ucranianas durante la noche y atacando objetivos en el Donbás ucraniano.
Ucrania llevó a cabo múltiples ataques contra objetivos rusos el lunes, dañando una terminal petrolera, un oleoducto, dos aviones de combate y dos buques, según funcionarios ucranianos. El Estado Mayor ucraniano informó el lunes de que las fuerzas atacaron la terminal petrolífera de Tamanneftegaz, un almacén de municiones y una base de lanzamiento de aviones no tripulados en territorio ruso y en territorio ucraniano ocupado por Rusia.
En la región rusa de Krasnodar, al sur del país, un oleoducto, dos muelles y dos barcos sufrieron daños, lo que provocó un gran incendio, según el comunicado. Las autoridades ucranianas no especificaron qué sistemas de armas se desplegaron en la operación. Un misil de fabricación ucraniana alcanzó una instalación temporal que albergaba la 92ª Brigada Rusa de Embarcaciones Fluviales en Olenivka, en la península ocupada de Crimea, añadió el Estado Mayor.
Otro ataque tuvo como objetivo un depósito de municiones en una zona ocupada por Rusia en la región ucraniana de Donetsk, con la intención de obstaculizar los avances rusos en esa zona, según el comunicado. También resultó dañada una instalación rusa de lanzamiento de drones.
En un ataque separado, los partisanos ucranianos también incendiaron dos aviones de combate rusos el domingo por la noche en un aeródromo cerca de Lipetsk, en el oeste de Rusia, informó la inteligencia militar ucraniana. El Ministerio de Defensa ruso se limitó a decir que sus fuerzas interceptaron varios drones ucranianos durante la noche, tres de ellos sobre la región de Krasnodar.
Las operaciones forman parte de la estrategia ucraniana de perturbar las capacidades militares rusas y atacar objetivos tras las líneas enemigas, mientras Moscú prosigue su guerra de casi cuatro años.
Los ataques también pretenden poner en entredicho las afirmaciones del presidente Vladímir Putin de que las tropas rusas mantienen una posición militar fuerte durante las negociaciones de paz dirigidas por Estados Unidos, que aún no han logrado avances en los principales asuntos.
Moscú prosigue su campaña de desgaste
Rusia ha continuado su guerra de desgaste, apuntando a asentamientos en el Donbás -término utilizado para las regiones ucranianas orientales de Donetsk y Luhansk-, que Moscú ha ocupado parcialmente y que sigue siendo clave para sus demandas maximalistas de poner fin a la guerra.
En la dirección de Kostyantynivka, en la región de Donetsk, las fuerzas rusas lanzaron 27 ataques en las últimas 24 horas en torno a varios asentamientos, informó el lunes el Estado Mayor ucraniano. La ciudad del frente, que antes de la guerra tenía una población de 67.000 habitantes, ha quedado reducida a los aproximadamente 4.300 residentes que quedaban, incluidos los niños cuyos padres se niegan a evacuar.
Las bombas aéreas rusas han destruido barrios enteros, mientras que la vigilancia constante de aviones no tripulados obliga a los peatones a refugiarse bajo árboles y tejados, según informes militares ucranianos. Las defensas ucranianas han impedido hasta ahora que las fuerzas rusas avancen hacia el interior de la ciudad.
Moscú también ha mantenido su campaña contra la infraestructura energética de Ucrania, tratando de privar a la población civil del suministro de calefacción y agua durante el invierno. Rusia ha atacado los sistemas eléctricos ucranianos desde que lanzó su invasión a gran escala a principios de 2022, una táctica que Kiev califica de "militarización del invierno".
Las instalaciones energéticas de cinco regiones ucranianas fueron atacadas durante la noche, según informó el Ministerio de Energía de Ucrania. Rusia lanzó 86 drones de diversos tipos contra Ucrania durante la noche, según las fuerzas aéreas ucranianas. Las defensas ucranianas destruyeron 58 de ellos, según las autoridades.