A pesar de la guerra y el desempleo, Belén celebra una Navidad con esperanza. El alto el fuego en Gaza y el regreso de turistas renuevan el espíritu navideño en la ciudad. La Plaza del Pesebre se llena de vida y un coro local canta con renovado significado de paz y esperanza.
A medianoche de Nochebuena, el tradicional himno 'La Noche de Navidad' será entonado en la gruta de la Iglesia de la Natividad, en Belén, lugar donde se cree que nació Jesucristo. El coro local, que cada año canta este himno durante la Misa de Gallo, ha señalado que, tras el alto el fuego en Gaza, las palabras de la canción cobran un significado más profundo. "En la noche de Navidad, la guerra se entierra. En la noche de Navidad, el amor nace", dicen los versos, que este año simbolizan la esperanza tras años de conflicto.
Durante los últimos dos años, la Navidad en Belén fue una celebración sombría debido a la guerra en Gaza, con escasas decoraciones y música. Sin embargo, este 2025, la ciudad revive. Las familias se agolpan en la Plaza del Pesebre, con luces festivas, mercados navideños y espectáculos para niños, lo que representa una señal de esperanza en medio de un frágil alto el fuego. Para muchos residentes como Zoya Thalgia, la ciudad ha recobrado vida, mostrando que, a pesar de la adversidad, los belenes se llenan de alegría, sin importar religión o postura política.
La guerra en Gaza tuvo un fuerte impacto económico en la ciudad. El turismo y las celebraciones navideñas siempre fueron cruciales para la economía local, pero el desempleo se disparó del 14% al 65% durante los últimos años de conflicto. Aunque la situación sigue siendo tensa en Cisjordania, con frecuentes incursiones militares y ataques de colonos israelíes, la Navidad brinda un alivio necesario a los residentes.
El regreso de las festividades también es un símbolo de la perseverancia del cristianismo en Tierra Santa. Con menos del 2% de la población de Cisjordania siendo cristiana, los belenes y las misas son una forma de mantener viva la fe, en medio de la creciente emigración de cristianos de la región debido a los conflictos y la pobreza.
"Cantar en la gruta es un acto sagrado y un mensaje de esperanza", dijo Odette Al Sliby, una residente que ha cantado en coros desde niña. La población cristiana de Belén, aunque pequeña, sigue siendo un pilar importante en la vida de la ciudad. Este año, el retorno de los turistas y la luz de las celebraciones de Navidad dan un respiro a la población y a los niños de la región.
Hazboun, el director del coro local, expresó su deseo de que la paz, tan anhelada en esta tierra histórica, algún día sea una realidad para todos. "Seguimos orando por la paz. Esta es la tierra donde nació el Príncipe de la Paz, y seguimos esperando que algún día todos disfrutemos de ella", dijo con esperanza. La Navidad en Belén, como siempre, es un símbolo de resistencia, fe y la constante búsqueda de paz.