El futuro inmediato de Grecia se decide en Bruselas a lo largo de los próximos días. En las calles de la capital helena, la resignación es general en
El futuro inmediato de Grecia se decide en Bruselas a lo largo de los próximos días. En las calles de la capital helena, la resignación es general en cuanto al hecho de que sea en el centro de Europa donde se decida qué será de sus impuestos o pensiones. Pero sí son diferentes tanto las opiniones sobre las negociaciones en sí como las reacciones ante lo que pueda pasar.
“Hemos traído más euros de lo normal, porque hay muchísimos griegos que están sacando su dinero de los bancos de forma masiva”, nos dice un turista. “Quería evitar quedarme sin dinero”.
“Estoy muy nervioso”, confiesa un ciudadano griego. “Después de tantos años de esfuerzos tengo miedo de que todo se derrumbe. La mayoría de los griegos no quiere salir del euro”.
“Europa debe cambiar su manera de proceder. Debe ser un poco más humana”, se lamenta por su parte otro hombre. “Esperemos que el acuerdo ponga énfasis en el crecimiento, y no en la austeridad. Hay que acabar con la austeridad”.
Si bien las nuevas propuestas griegas ya están sobre la mesa, aún pueden pasar varios días hasta saber si estas se traducen en un acuerdo con los acreedores.
“La gente espera ansiosa los resultados de la cumbre del lunes por la noche en Bruselas”, señala nuestra corresponsal en Atenas, Nikoletta Kritikou. “Muchos griegos tienen la esperanza de que se pueda alcanzar un acuerdo sostenible con el que olvidarse de un escenario en el que Grecia estaría fuera de la eurozona”.