El temor a que las gasolineras se queden sin carburante ha movilizado a los conductores franceses, que acuden en masa a llenar el depósito.
El temor a que las gasolineras se queden sin carburante ha movilizado a los conductores franceses, que acuden en masa a llenar el depósito. Y esto provoca que se acaben quedando sin existencias. Es el caso ya en la capital París, donde el fin de semana se registró una demanda el triple de lo habitual. Y las colas continuaban este martes.
“Es muy duro, muy duro”, se quejaba un motorista. “Hay colas en todas las gasolineras y para ir a trabajar pierdes una media hora”.
El Gobierno, de todos modos, asegura que hay suficiente carburante almacenado en todo el país para noventa días de suministro.
“A las cinco y media de la mañana, he recorrido cinco estaciones en las afueras de París y no he encontrado gasolina”, explicaba un automovilista. “Como trabajaba en las obras de al lado, he parado aquí donde sí había”.
En el norte de Francia, donde los problemas son más importantes, la solución es cruzar a territorio de Bélgica. Las gasolineras de este país a lo largo de la frontera han multiplicado por cinco el número de clientes, según la Federación Belga de Negociantes de Combustibles y Carburantes (BRAFCO). La federación detalla que un surtidor bombea habitualmente entre unos siete y ocho mil litros al día y, en estos momentos, aumenta a entre cincuenta y sesenta mil.