Creado por decreto presidencial en febrero tras la exclusión de Rusia del concurso de Eurovisión hace tres años, Intervisión ha nombrado a su ganador inaugural. Y a pesar de lo que digan los políticos rusos de alto nivel, en el espectáculo la política se fusionó con la música.
El cantante vietnamita Duc Phuc ganó este fin de semana en Moscú la edición inaugural del Festival de la Canción de Intervisión, llevándose a casa 30 millones de rublos, unos 365.000 euros. El concurso musical se creó por decreto presidencial en febrero, tras la exclusión de Rusia de Eurovisión hace tres años por su invasión a gran escala de Ucrania.
Con 23 participantes, entre ellos China, Sudáfrica, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, India, Cuba, Etiopía, Venezuela y Estados Unidos, la respuesta de Putin a Eurovisión tiene tanto de política, poder y propaganda como de espectáculo.
Aunque los funcionarios del Kremlin insisten en que Intervision no es un ejemplo del poder blando ruso, los políticos rusos han estado constantemente vinculados a la promoción de Intervision.
Vladímir Putin habló del concurso durante su visita de Estado a China a principios de septiembre y grabó un mensaje especial en vídeo que se proyectó antes del comienzo del espectáculo.
"Lo que estamos haciendo es diametralmente opuesto a los intentos de utilizar el deporte, el arte y cualquier otra actividad humana para obtener beneficios políticos", declaró a los periodistas el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa previa al concurso. Lavrov también apareció en el espectáculo, manteniendo una entrevista entre el primer y el segundo acto.
En esta edición inaugural, la ultrapatriótica concursante rusa SHAMAN pronunció un apasionado discurso en el que pidió que el jurado internacional no tuviera en cuenta la actuación de Rusia. "Rusia ya ha ganado al invitar a tantos países a unirse a nosotros", dijo.
Sin embargo, hubo un desliz: momentos antes de que la participante estadounidense, Vassy, nacida en Australia, subiera al escenario, los presentadores del programa anunciaron que no podría actuar debido a "presiones políticas" del Gobierno australiano.
Eurovisión tampoco consigue esquivar la política, ya que siguen aumentando las tensiones por el creciente número de países que amenazan con abandonar el Festival de Eurovisión del próximo año si se mantiene a Israel en el cartel.
La semana pasada, la radiotelevisión pública española RTVE anunció oficialmente que no participaría si lo hacía Israel, con el apoyo del presidente del Gobierno y el ministro de Cultura. España se une así a Irlanda, Eslovenia, Islandia y los Países Bajos, que también amenazan con boicotear Eurovisión 2026. Sin embargo, también la semana pasada, Francia y Australia confirmaron que participarían en Eurovisión 2026.