Una tradición centenaria de marionetas kazajas encuentra nueva vida en escenarios de todo el mundo, en las aulas e incluso a través de la impresión en 3D.
Reconocida por la UNESCO como parte del patrimonio cultural de Kazajistán, la tradición del Orteke se remonta a la época de los nómadas, cuando los artistas ambulantes llevaban este arte musical de marionetas a través de la estepa.
Accionado por instrumentos tradicionales kazajos, el Orteke, una diminuta figura de cabra, cobra vida cuando el músico tira rítmicamente de su cuerda, dándole movimiento y carácter a la marioneta.
En la actualidad, el conjunto "Turan" lleva a la cabra bailarina a escenarios de todo el mundo, mientras que el conjunto "Zhoshy" desarrolla un espectáculo teatral en el que la Orteke asume nuevos papeles y argumentos.
La tradición inspira ahora tanto al público de los conciertos como a los escolares, y sigue evolucionando, fabricándose no sólo en madera, sino también en 3D por jóvenes creadores.