Last Generation afirma que sus tácticas seguirán siendo "indignas", con una confrontación más directa con los contaminadores.
Los miembros del grupo alemán de activismo climático Última Generación afirman que no volverán a pegarse a las calles en señal de protesta. Esta controvertida táctica ha enfurecido a muchos en los últimos años, ya que se utiliza para bloquear el tráfico y sembrar el caos en ciudades concurridas, en un intento de crear "fricciones pácificas".
Pero el grupo declaró el lunes que abandonará este planteamiento y pasará a celebrar lo que denomina "asambleas desobedientes". En los últimos dos años, el grupo Última Generación ha bloqueadocon frecuencia carreteras en Berlín y otras ciudades, su táctica más conocida, pero ni mucho menos la única, en una campaña de protestas que también incluyó, entre otras cosas, rociar con pintura naranja la Puerta de Brandemburgo de la capital. Las tácticas del grupo fueron ampliamente criticadas, y el Canciller Olaf Scholz las describió como "una completa locura".
Las protestas climáticas de Última Generación seguirán siendo "indignas"
Last Generation afirmó que el número de manifestantes ha aumentado enormemente en los dos últimos años y dijo que "a partir de ahora protestaremos de otra forma, pero seguirá siendo indigna".
A partir de marzo, "en lugar de dividirnos en pequeños grupos y bloquear carreteras, celebraremos concentraciones desobedientes con mucha gente. Y donde no se nos pueda ignorar", afirmó el grupo en un comunicado.
Además, el grupo afirmó que "se enfrentará cada vez más directamente" a quienes considera responsables de la destrucción del clima, por ejemplo, enfrentándose a políticos y otros responsables de la toma de decisiones en público y ante las cámaras.
También "visitará cada vez más lugares de destrucción fósil para nuestra protesta", añadió, señalando protestas anteriores en aeropuertos, oleoductos y una empresa energética.
Las acciones de Last Generation se han visto eclipsadas recientemente por las protestas contra la extrema derecha alemana y otras manifestaciones, entre ellas las de los agricultores contra los recortes de sus subvenciones al gasóleo.