Marc Olefs, climatólogo de Geosphere Austria, afirma que la industria de los combustibles fósiles es culpable de la virulencia de los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las lluvias torrenciales registradas en Europa en las dos últimas semanas.
Las inundaciones provocadas por la tormenta Boris han asolado Europa Central en las últimas semanas, devastando viviendas e infraestructuras públicas y causando decenas de muertos. Se calcula que, además de tiempo, la reconstrucción de República Checa, Polonia, Rumanía y Austria requerirá más de mil millones de euros.
"Actualmente nos estamos calentando a un ritmo -es decir, la Tierra en su conjunto- de unas 14 bombas atómicas de Hiroshima por segundo. Esa es la energía adicional que los seres humanos estamos añadiendo al sistema terrestre, con lo que la Tierra se está calentando. Y esto significa que el aire también puede contener más vapor de agua y que las precipitaciones tan intensas también serán más extremas", destaca a 'Euronews' Marc Olefs, jefe de Investigación Climática de Geosphere Austria.
En un año normal, suelen caer hasta 430 litros de lluvia en la zona de Saint Poelten, en el sur de Austria, durante seis a nueve meses. Pero este año, ese volumen cayó en pocos días. El cambio climático inducido por el ser humano puede tener mucho que ver con esto.
La temperatura en Europa Central aumenta
Olefs, de Geosphere Austria, el Instituto Federal de Geología, Geofísica, Climatología y Meteorología del país, relaciona la subida de las temperaturas con lo que está ocurriendo ahora mismo en Europa Central.
"Toda la zona de Europa Central, tanto los océanos como las masas terrestres, son ahora de dos a tres grados más cálidos en comparación con la época preindustrial, debido a la intervención del hombre mediante la emisión de gases de efecto invernadero, que afectan al clima", explica.
Como consecuencia de ello, las masas de aire polares -así como las mediterráneas- son de dos a tres grados más cálidas y están preparadas para absorber hasta un 7% más de vapor de agua en determinadas condiciones, añade Olefs. Esto significa que el aire puede absorber hasta un 20% más de vapor de agua en comparación con la época preindustrial.
"Tanto las zonas de alta presión como las de baja presión tienden a durar más en verano y, por tanto, pueden ser más intensas", señala. "Imagina un secador de pelo o una regadera que mantienes en el mismo sitio durante demasiado tiempo. ¿Qué ocurre? Se quema o el agua se derrama". Para Olefs, la solución es clara: "Reducir las emisiones lo antes posible".
En su opinión, la industria de los combustibles fósiles es la culpable de la virulencia de los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las lluvias torrenciales registradas en Europa en las dos últimas semanas. "Es absolutamente esencial alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo como muy tarde: es la única manera de evitar que estos fenómenos sigan intensificándose".
Miles de millones de euros para la reconstrucción
El presidente de Austria, Alexander van der Bellen, elogió los esfuerzos de los servicios de emergencia desplegados en las operaciones de limpieza y rescate en la plataforma X. "Aunque todo el país esté bajo el agua, no se hundirá", afirmó.
La semana pasada, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió miles de millones de euros de ayuda para los países de Europa Central anegados por las mortíferas inundaciones. "Son tiempos extraordinarios, y los tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias", dijo.