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Huellas en la arena, no en el mar: las islas atlánticas demuestran que el ecoturismo ayuda al océano

En colaboración conthe European Commission
Huellas en la arena, no en el mar: las islas atlánticas demuestran que el ecoturismo ayuda al océano
Derechos de autor  Euronews
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Por Denis Loctier
Publicado Ultima actualización
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Desde arqueología submarina hasta tours de avistamiento de ballenas dirigidos por científicos reales: las islas del Atlántico en Europa demuestran que el turismo puede proteger en lugar de destruir el patrimonio natural y cultural del océano.

El verano es la temporada alta para las vacaciones costeras en toda Europa, pero este año las celebraciones se intercalan con protestas. Desde Barcelona hasta Venecia, los residentes salen a las calles para exigir límites al turismo masivo que, según dicen, está destruyendo los entornos costeros y acabando con el patrimonio histórico.

Pero en Faial, una de las islas Azores en medio del Atlántico, han adoptado un enfoque diferente. En lugar de inundar la isla con turistas a toda costa, las autoridades locales y los profesionales del sector pretenden fomentar el ecoturismo y atraer a visitantes que aprecien y respeten el patrimonio natural y cultural del archipiélago.

Un grupo internacional de científicos que trabaja en el proyecto ecoRoute, financiado por la UE, prepara lugares costeros que pueden ser accesibles para quienes practican esnórquel y buceo, al mismo tiempo que promueven el patrimonio submarino y preservan estos lugares para el futuro.

El patrimonio submarino para atraer el ecoturismo

Hasta hace poco, lugares como estos se ignoraban en gran medida. «Estos sitios arqueológicos no se suelen tratar como patrimonio, sino que se entienden simplemente como naufragios. La gente no los conoce», explica José Bettencourt, un arqueólogo de la Universidade NOVA de Lisboa que trabaja en el proyecto ecoRoute.

El proyecto recibe financiación del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura y está centrado en fomentar el turismo cultural submarino en las regiones más alejadas de Europa. En lugar de prohibir los sitios a los turistas, los convierte en atracciones sostenibles que educan a los visitantes sobre la historia marítima del Atlántico.

Ana "Zuga" Besugo, bióloga marina y guía de naturaleza, entiende el atractivo para sus clientes. «Son personas que quieren aprender sobre la historia y la naturaleza de la isla», comenta. «Por tanto, creo que es realmente valioso para nosotros compartir este mensaje con nuestros visitantes».

La observación de ballenas: fusión entre ciencia y turismo

A 1000 kilómetros al sur, en Tenerife, las Islas Canarias se enfrentan a un desafío similar. En estas aguas se encuentra un tercio de todas las especies de ballenas y delfines del planeta, lo que convierte a los tours de observación de ballenas en un gran negocio. Pero el biólogo marino Misael Morales Vargas opta por mantener la huella ambiental de su empresa al mínimo.

A diferencia de los grandes buques comerciales, Biosean, la empresa de Morales Vargas, emplea botes inflables silenciosos que no molestan a los animales. Con solo un pequeño grupo a bordo, todos escuchan sus detalladas explicaciones. La auténtica magia ocurre cuando aparece en escena el hidrófono, un micrófono submarino que permite a los turistas escuchar los clics y silbidos de las ballenas mientras suceden.

"Hay una emergencia ambiental, y necesitamos crear oportunidades como esta que puedan cambiar la mentalidad de las personas que luego pueden ver la naturaleza como parte de nosotros, no como algo aislado", explica Morales Vargas.

Este enfoque forma parte del proyecto TWINNEDbySTARS, otra iniciativa financiada por la UE que transforma las vacaciones costeras de atracciones ruidosas en experiencias significativas. "Apreciamos de corazón que se dé más importancia a la sostenibilidad y a la forma en que se trata a los animales aquí. Es mucho más agradable que el tipo de turismo masivo que se ve en otros lugares", comenta una visitante.

De vuelta en Faial, en las Azores, la empresa de avistamiento de ballenas Naturalist, que participa en el mismo proyecto, ha integrado la investigación científica en sus recorridos diarios. A bordo, los biólogos marinos certificados registran cada encuentro con la fauna silvestre y recogen muestras, como partículas de la piel de las ballenas, y estos datos se envían a institutos de investigación.

"Queremos ser modelos a seguir, intentamos crear productos que otras empresas puedan utilizar para potenciar estos vínculos entre la ciencia y el turismo", declara Gisela Dionísio, bióloga marina de Naturalist. Esta colaboración reduce los costes de los estudios de campo y, al mismo tiempo, ofrece a los turistas vistas privilegiadas de la verdadera ciencia marina.

El panorama general

El movimiento del turismo respetuoso con el mar llega en un momento importantísimo. El turismo costero es el mayor sector de la economía azul europea: supone más de la mitad de sus puestos de trabajo y más de 200.000 millones de euros de ingresos.

"Disponemos de una gran oportunidad de ver lo que ha sucedido en otras partes del mundo e intentar no repetir los mismos errores", cuenta Gilberto Carreira, director de Servicios de Biodiversidad y Política Marina para las Azores. "Todo el mundo reconocen la necesidad de desarrollar el turismo de manera sostenible".

Las Azores ya han protegido el 30% de sus aguas, y proyectos como ecoRoute y TWINNEDbySTARS ayudan a mantener esta protección mientras se construye una próspera industria turística.

Hasta el turismo de playa está evolucionando. Como señala la investigadora marina Carla Dâmaso, "nos enfrentamos al cambio climático, a la contaminación e incluso a eventos de extinción masiva. Pero, de momento, todavía es posible cambiar nuestro comportamiento y, de alguna manera, ayudar a mejorar las cosas".

A veces, la solución es tan sencilla como que los turistas recojan la basura mientras caminan por la playa. Estas pequeñas acciones, multiplicadas por miles de visitantes, pueden mantener las costas hermosas y la vida marina a salvo.

El turismo costero mal gestionado continúa contaminando las costas y amenazando la vida marina en todo el mundo. Pero las islas del atlántico están demostrando que hay otra manera, una en la que podemos disfrutar del océano mientras lo mantenemos seguro para las futuras generaciones.


De acuerdo con la legislación regional vigente, está prohibido nadar con ballenas y cetáceos distintos de los delfines enAzores. Este trabajo se llevó a cabo en virtud de la autorización nº 06-ORAC-2025 expedida por el Gobierno Regional de las Azores el 05.06.2025. Los profesionales tomaron precauciones para no molestar a los animales durante las operaciones.
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