Rusia ha prohibido desde este verano la propaganda de la homosexualidad.
Una ley que, según los activistas homosexuales, les hace más vulnerables. Otros detractores del texto se preguntan por qué el presidente Putin lo ha promovido antes de los Juegos Olímpicos de Invierno.
La “ley Putin” mantiene los términos de la “ley Yeltsin”, pero le añade una corrección: prohíbe la propaganda de la homosexualidad entre los niños. Otras leyes se han sumado a la inicial, este verano, como la prohibición de la adopción a las parejas del mismo sexo o criminalizar la blasfemia.
Pese a las quejas de la oficina de derechos humanos de la ONU, Putin se ha mostrado inflexible ya que se siente arropado por una mayoría de la población y por la propia Iglesia Ortodoxa Rusa, principal valedor de la familia tradicional.
Bonus interview: Maria Lipman, political analyst
Bonus interview: Masha Gessen, gay rights activist
