PUBLICIDADJennifer, Londres:
“La impresión en 3D es cada vez más popular, pero esta nueva tecnología también plantea dudas sobre su seguridad, la protección del consumidor o problemas de falsificación. ¿Cómo se están abordando estos problemas los responsables políticos de la UE?
Strömbäck, editor de Netopia, Foro para la Sociedad Digital:
“La impresión 3D ha existido desde la década de los 80, pero lo que ha pasado, recientemente, es que las patentes están expirando, eso ha permitdo una mayor comercialización de las impresoras 3D.
Así que hay una gran expectativa de que las impresoras 3D pueden ser objeto de consumo personal, como las impresoras de color que existen en la mayoría de los hogares. Ahora bien, esto alterará el mercado, porque, por ejemplo, hoy se pueden distribuir los productos vía electrónica a través de Internet e imprimirlos en casa.
Uno de los desafíos para la seguridad de los consumidores es determinar la calidad del producto impreso y saber quién será el responsable si algo sale mal
Las marcas comerciales y patentes tienen serios problemas, parecidos a los que ha sufrido la industria del entretenimiento con la piratería.
Y tal vez, desde una perspectiva económica es más importante la recaudación procedente de los aranceles comerciales y de impuestos como el IVA. Creo que habrá que ir más allá si las impresoras 3D se democratizan en los próximos 5 o 10 años.
La cuestión ahora es saber qué es lo que deberían hacer las instituciones europeas. Yo creo que debería definirse bien el arsenal legal que acompaña a esta invención desde la fase conceptual. La tecnología podrá respetar así ciertos principios y será la mejor manera de asegurarse de que las ayudas públicas orientadas a este sector respeten las prioridades democráticas.
Estamos frente a una oportunidad histórica.
Poner la impresión 3D, esta tecnología, al servicio de la sociedad antes que intentar solucionar los problemas cuando ya sea tarde y de manera retroactiva.”
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