La Unión Europea mantiene las vías de diálogo abiertas, al tiempo que aumenta la presión sobre Irán
El acuerdo nuclear con Irán está en la cuerda floja. Los garantes europeos del pacto: Francia, Alemania y Reino Unido han activado un mecanismo de mediación que aumenta la presión sobre Irán.
La Unión Europea, que no es uno de los signatarios, insiste por su parte en la necesidad de salvar el acuerdo, y se esfuerza por mantener los canales de diálogo abiertos.
Pero cabe preguntarse cuál es su margen de maniobra.
"Lo único que los europeos piden ahora a los iraníes es que vuelvan al acuerdo nuclear. Pero lo que los iraníes piden a los europeos es que dejen de regatear", explica Joost Hiltermann, analista político del International Crisis Group. "Teherán les dice: ¿por qué no cumplís con la parte del trato que debe aportarnos alivio económico? Si lo hicierais, lo que significaría plantar cara a los estadounidenses hasta cierto punto, entonces estaríamos dispuestos a dar marcha atrás y a renunciar a las medidas que hemos ido tomado desde mayo de 2019 ".
La Unión Europea no quiere desafiar abiertamente a Estados Unidos. Pero tampoco está dispuesta a plegarse a sus designios. Y la posibilidad de que llegue a un acuerdo con Rusia y China resulta una opción improbable.
"Me resulta difícil creer que los europeos estén dispuestos a hacer un trato con Irán en concierto con Rusia y China, que les lleve a un enfrentamiento con Estados Unidos. Porque existiría el riesgo de romper la alianza transatlántica", añade Hiltermann. "Para los europeos, si se trata de elegir entre Irán y Estados Unidos, elegirán Estados Unidos incluso con Trump en la Casa Blanca. Es algo que viene de lejos, se trata de una relación que ha traído paz al continente durante 70 años. Eso no va a desmoronarse por un acuerdo nuclear que ciertamente es muy importante y que, con suerte, va a detener la proliferación en Oriente Medio ".
Los europeos han optado por dejar la pelota en la tejado de Irán. Y ya han recibido una primera respuesta: Teherán, a pesar de la presión nacional e internacional, se niega a renegociar el acuerdo nuclear al gusto del presidente estadounidense.