La UE teme que los retrasos en las entregas de las vacunas dificulten su objetivo esperado: vacunar al 70% de la población europea para este verano
Enfrentados en una guerra de palabras. La Comisión Europea ha arremetido contra el gigante farmacéutico AstraZeneca por los retrasos en la entrega de vacunas. La comisaria de Salud, Stella Kyriakides, le recuerda que, por encima de todo, ha de cumplir con sus obligaciones morales, sociales y contractuales.
"No poder garantizar la capacidad de fabricación va en contra del contrato y del espíritu de nuestro acuerdo. Rechazamos la lógica de que el que primero llega primero se sirve. Eso puede funcionar en la carnicería del barrio, pero no en los contratos ni en nuestro acuerdo de compra anticipada”.
El martes, el director general de AstraZeneca afirmó que había acordado un compromiso de que haría todo lo posible, pero no un compromiso firme de suministro. Algo que la UE también discute, argumentando que las vacunas que se fabriquen en el Reino Unido, tras los fallos en un centro de producción en Bélgica, deben enviarse a la UE. Por el momento, AstraZeneca sólo ha afirmado que no puede suministrar una cuarta parte del número previsto de vacunas en los tres primeros meses de este año. En medio del embrollo, los eurodiputados piden más transparencia a ambas partes.
"La solución más fácil sería publicar el contrato. No es una práctica totalmente inusual. Fíjese en Israel. El contrato de Pfizer/ BioNTech con Israel está publicado en Internet y así se pueden ver las condiciones, y creo que debería ser así también en esta ocasión", señala Bernd Lange, eurodiputado alemán socialista, Jefe de la comisión de comercio.
La vacuna de AstraZeneca aún no ha sido aprobada por la Agencia Europea de Medicamentos, aunque se espera que lo haga este mismo viernes. Por ahora, esta lucha tan pública no hace sino malograr la imagen de ambas partes.