El sistema francés hace que su presidente tenga grandes poderes en ámbitos muy diversos, como el ejército o las políticas del país.
Los votantes franceses elegirán este domingo a uno de los presidentes más poderosos de Europa.
La elección está entre el liberal Emmanuel Macron y la líder de extrema derecha Marine Le Pen. Quien se haga con la llave del Elíseo gozará de amplios poderes de los que pocos líderes democráticos en el mundo disfrutan.
Una de las principales razones es que el electorado francés elige directamente a sus presidentes y luego tiende a darles una mayoría parlamentaria en las elecciones celebradas un mes más tarde, lo que les permite promulgar fácilmente su agenda.
También tienen un importante control sobre el ejército y el nombramiento de funcionarios en una variedad de altos cargos.
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