El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa es un cercano colaborador de Vladímir Putin.
Salvado por Hungría. El jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa ha sido eliminado del sexto paquete de sanciones de la UE contra Rusia. El patriarca Kirill, de 75 años, iba a ser incluido en la lista negra, junto a otras personas.
Pero finalmente Budapest se ha negado a dar su visto bueno alegando motivos de libertad religiosa. Algo que ha provocado la ira de más de un eurodiputado, como Michael Gahler del Partido Popular Europeo. "Este tipo, vestido con un traje de patriarca es en realidad un cooperador muy cercano a Vladímir Putin, cumple sus deseos y bendice sus atrocidades en Ucrania. Así que merecía perfectamente ser sancionado y condeno la actitud y el chantaje de Viktor Orbán", ha asegurado Gahler.
El sacerdote es un ferviente partidario del presidente ruso. Desde que comenzó la guerra en Ucrania, el pasado mes de febrero, ha estado difundiendo la narrativa de Vladimir Putin en sus sermones religiosos.
Por ello, Kirill estaba en la lista de sancionados a la que los líderes europeos dieron el visto bueno en una cumbre extraordinaria celebrada este lunes y martes. Pero en un inesperado cambio, Hungría ha bloqueado la decisión durante la reunión de los embajadores de la UE que iba a aprobarlo formalmente y que finalmente han cedido a las demandas húngaras para salvar el embargo petrolero contra Rusia.
Ahora Hungría celebra la victoria.
En un tuit aseguran que Hungría ha librado una "larga batalla, pero ha merecido la pena" y defienden que "con la excepción de las transferencias de oleoductos añadidas y la eliminación del nombre del Patriarca Kirill, el paquete está ahora en línea con los intereses de seguridad nacional de Hungría".