Polonia y Hungría cumplieron su promesa de impedir que el Consejo Europeo adoptara conclusiones conjuntas sobre migración.
Los dos países, que desde hace tiempo mantienen posturas muy duras sobre la acogida y reubicación de solicitantes de asilo, han mantenido el bloqueo largas e intensas discusiones entre los 27 Jefes de Estado y de Gobierno. La oposición comenzó el jueves y se prolongó durante todo el viernes, obligó a los líderes a eliminar la sección de migración de las conclusiones de la cumbre, borrando varios párrafos que habían sido ampliamente anticipados.
Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo, ha emitido en su lugar una declaración separada en su nombre, reciclando la redacción del borrador rechazado. "No hubo unanimidad, pero sí una gran convergencia, que no existía en absoluto hace unos años", ha dicho Michel en rueda de prensa. "Conseguimos 25 de 27 países".
La oposición polaco-húngara tiene su origen en un importante acuerdo alcanzado a principios de mes en Luxemburgo, donde los ministros de Interior acordaron seguir adelante con una propuesta de reforma de la política migratoria de la UE. La reforma, que aún debe negociarse con el Parlamento Europeo, se basa en un nuevo sistema de "solidaridad obligatoria" y ofrece a los Estados miembros tres opciones para hacer frente colectivamente a los flujos migratorios:
- Aceptar un número de solicitantes de asilo reubicados.
- Pagar 20.000 euros por cada solicitante rechazado.
- Financiar apoyo operativo, como infraestructuras y personal.
Varsovia y Budapest han criticado duramente el marco, alegando falsamente que impondría cuotas obligatorias en la distribución de los solicitantes de asilo. El Primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha dicho que el mecanismo de solidaridad equivalía a una "coacción" y supondría "sanciones financieras" para su propio país.
"Por eso no podemos estar de acuerdo con tales conclusiones y por eso seguimos siendo de la opinión de que la mejor solución aquí es un referéndum", ha dicho Morawiecki el viernes por la mañana, antes de dirigirse a la reunión.
"No tenemos intención de aplicar estas decisiones", ha dicho su homólogo húngaro, Viktor Orbán, que se ha mostrado contrario a la creación de "guetos de inmigrantes". Además del contenido de la reforma migratoria, a Polonia y Hungría les molesta que el acuerdo, el primer avance de este tipo en casi una década, se haya adoptado por mayoría cualificada, una norma de votación que les priva automáticamente de cualquier poder de veto.
Pero en el Consejo Europeo, donde las conclusiones se aprueban por consenso, sus quejas ha sido lo suficientemente fuertes como para modificar por sí solas el texto final, que se centraba sobre todo en la dimensión exterior, y no interior, de la migración.
"A lo largo de estas seis o siete horas (de debate), no ha dejado de sorprenderme la estrechez de miras de algunos países", ha declarado Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno español, al término de la reunión.
El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha mostrado imperturbable ante la exigencia polaco-húngara de que todos los expedientes de migración y asilo se aprueben por estricta unanimidad, un requisito que no está previsto en los tratados de la UE.