En una reciente reunión a puerta cerrada, la primera ministra italiana Giorgia Meloni ha reiterado su firme posición respecto al conflicto en Ucrania. Sus declaraciones arrojan luz sobre la compleja situación geopolítica y las implicaciones para la seguridad internacional de la guerra ruso-ucraniana
Meloni enfatizó en el Foro de Cernobbio la necesidad de continuar respaldando a Ucrania, advirtiendo contra la influencia de la propaganda rusa. La líder italiana sostiene que este apoyo no solo es una cuestión moral, sino que también sirve a los intereses nacionales de Italia y a la preservación del orden internacional basado en reglas.
"Debemos ser cuidadosos de no caer en las trampas de la propaganda rusa", afirmó Meloni, desafiando la narrativa de una victoria inminente de Rusia. La primera ministra presentó datos que contradicen esta percepción, señalando que el control territorial ruso apenas ha aumentado en el último año.
El estancamiento como camino hacia la paz
Contrariamente a la idea de que proporcionar armas prolonga el conflicto, Meloni argumenta que el apoyo militar ha creado un estancamiento crucial. Este equilibrio de fuerzas, según ella, es necesario para abrir la puerta a negociaciones genuinas.
"Una invasión no es paz", declaró Meloni, subrayando que las negociaciones solo son posibles cuando existe un equilibrio entre las partes en conflicto. Esta perspectiva sugiere una estrategia a largo plazo para alcanzar una paz duradera en la región.
La postura de Meloni va más allá del conflicto inmediato, abordando las consecuencias globales de permitir violaciones del derecho internacional. Advierte sobre los peligros de un mundo donde las naciones más fuertes pueden invadir a sus vecinos sin consecuencias.
Colaboración internacional y reconstrucción
Durante una reunión bilateral con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, Meloni discutió las necesidades inmediatas de Ucrania de cara al invierno y los posibles ataques rusos ante la población civil e infraestructuras críticas.
La conversación también se centró en los esfuerzos de reconstrucción, con Italia programada para albergar la Conferencia de Recuperación de Ucrania en 2025.