Budapest se verá privada de una parte de sus fondos europeos tras negarse a pagar la multa impuesta por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.
PUBLICIDADLa Comisión Europea ha puesto en marcha un procedimiento especial para liquidar la multa de 200 millones de euros que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) ha impuesto a Hungría por las prolongadas restricciones del país al derecho de asilo. La multa debe abonarse en un pago único a la Comisión Europea.
Budapest incumplió el primer plazo a finales de agosto, lo que llevó al Ejecutivo a enviar un segundo requerimiento de pago con fecha límite del 17 de septiembre. Dado que esta segunda petición también fue ignorada, la Comisión ha asegurado este miércoles que activaría el llamado 'procedimiento de compensación' para liquidar la multa.
El procedimiento examinará las dotaciones financieras que se prevén desembolsar a Hungría en las próximas semanas. Alrededor de 21.000 millones de euros de los fondos de cohesión y recuperación destinados a Hungría siguen congelados debido al deterioro del Estado de Derecho.
Fase de compensación
"Estamos pasando a la fase de compensación a partir de hoy", ha afirmado un portavoz de la Comisión este miércoles. "En teoría, se puede examinar cualquier pago, no se excluye nada, pero obviamente esto llevará un poco de tiempo, tenemos que identificar lo que está por venir y los pagos que pueden absorber la multa en cuestión".
Paralelamente, Hungría se enfrenta a una multa de un millón de euros por cada día que siga desoyendo la sentencia del TJUE y mantenga la restricción que impide a los inmigrantes disfrutar plenamente del derecho de asilo. La multa acumulada se acerca a los 100 millones de euros.
Budapest tiene que responder a la Comisión explicando qué medidas ha introducido, en su caso, para acatar la sentencia. Como la respuesta no ha llegado, el Ejecutivo ha enviado el primer requerimiento de pago para cobrar la multa, con un plazo de 45 días.
¿Qué dice la sentencia del TJCE contra Hungría?
La sentencia del TJCE, en la que el juez califica la actuación de Hungría de "infracción sin precedentes y excepcionalmente grave del Derecho de la UE", ha provocado la furibunda reacción del primer ministro, Viktor Orbán, que ha calificado la multimillonaria sanción de "escandalosa".
Como represalia, su Gobierno ha amenazado con trasladar a los migrantes en autobús a Bélgica de forma "voluntaria" y "gratuita", algo que constituiría un caso sin precedentes de migración instrumentalizada por un Estado miembro contra otro. Todavía no se ha producido ningún traslado de inmigrantes, pero el plan ya ha sido objeto de duras críticas por parte de las autoridades belgas y de la UE.
Enfrentamientos entre Bruselas y Budapest
La disputa, un nuevo capítulo en la década de enfrentamientos entre Bruselas y Budapest, se ve agravada por la creciente preocupación por la decisión de Hungría de ampliar su tarjeta nacional a los ciudadanos rusos y bielorrusos, lo que, según advierte la Comisión, podría permitir eludir las sanciones y suponer una amenaza para todo el espacio Schengen.
Budapest ha negado rotundamente cualquier riesgo para la seguridad del bloque, argumentando que la ampliación a los ciudadanos rusos y bielorrusos era necesaria para paliar la escasez de mano de obra dentro del país y ofrecer a los empresarios un "procedimiento más sencillo" para atraer a trabajadores extranjeros.
A pesar de la tensión, esta semana ha habido un atisbo de acercamiento después de que János Bóka, ministro húngaro de Asuntos Europeos, se reuniera con Ylva Johansson, comisaria europea de Interior, para hablar tanto de la sentencia del TJCE como de los polémicos visados.