Los sondeos apuntan a la victoria de Zoran Milanović, presidente croata de izquierdas, que critica abiertamente el apoyo militar de Occidente a Ucrania.
El domingo, el presidente Zoran Milanović se enfrentará a Dragan Primorac, respaldado por el primer ministro y su Gobierno. En la primera vuelta, celebrada el 29 de diciembre, Milanović obtuvo el 49,7% de los votos frente a otros siete candidatos, justo por debajo de la mitad de las papeletas necesarias para la victoria absoluta.
Fue durante mucho tiempo líder de los socialdemócratas y pasó la mayor parte de su carrera en la oposición. Milanović fue entonces primer ministro del país desde finales de 2011 hasta principios de 2016.
De estilo populista, ha sido un feroz crítico del actual primer ministro Andrej Plenkovic, que lidera el partido Unión Democrática Croata (HDZ). Los continuos enfrentamientos y disputas entre ambos se han convertido en una seña de identidad de la escena política croata.
Tras destronar a la presidenta del HDZ, Kolinda Grabar-Kitarović, hace cinco años, Milanović se ha ido desplazando hacia la derecha del espectro político en los últimos años. No obstante, se le considera el único contrapeso al HDZ y su Gobierno.
En abril de este año, intentó presentarse a las elecciones parlamentarias como candidato a primer ministro de los socialdemócratas, en un hecho sin precedentes que supuso el intento de un jefe de Estado en ejercicio de ser elegido parlamentario.
Aunque prometió dejar su escaño si lo conseguía, el Tribunal Constitucional le prohibió hacer campaña durante las elecciones. Los socialdemócratas no lograron formar mayoría en el Parlamento, por lo que Milanović siguió siendo Jefe de Estado.
De la pediatría a la política
Primorac era pediatra y profesor universitario antes de entrar en la política. El actual candidato no ha estado presente en la vida política croata desde 2009, cuando, como ministro de Ciencia en un gabinete de la HDZ, intentó montar una campaña presidencial independiente en la que trató de presentarse como una persona no conflictiva y unificadora, y también como una figura de orientación prooccidental, en contraposición a Milanović.
Aunque la presidencia es en gran medida ceremonial en Croacia, un presidente electo tiene autoridad política y actúa como comandante supremo del Ejército. También tiene algo que decir en política exterior.
La política exterior del futuro presidente de Croacia
Milanović ha afirmado en repetidas ocasiones que Croacia debe mantenerse al margen de las disputas mundiales, a pesar de ser miembro de la OTAN y de la UE.
Ha bloqueado la participación de Croacia en una misión de entrenamiento dirigida por la OTAN en Wiesbaden, Alemania, y ha pasado varios meses intentando convencer a los votantes de que está impidiendo que se envíen soldados croatas al campo de batalla en Ucrania, aunque esto nunca se propuso.
Milanović también ha intentado que los diputados de la oposición bloqueen la ratificación por Croacia de la ampliación de la OTAN, un requisito formal necesario para admitir a Suecia y Finlandia en la alianza.
El principal rival de Milanović, Primorac, ha declarado en repetidas ocasiones que el lugar de Croacia está en Occidente, pero su candidatura a la presidencia se ha visto empañada por un caso de corrupción de alto nivel que llevó a la cárcel al ministro de Sanidad croata en noviembre, y que ocupó un lugar destacado en los debates preelectorales.
En la primera vuelta de diciembre, Primorac obtuvo el 19,6% de los votos, más que los demás candidatos y suficiente para pasar a la segunda vuelta, pero aún así se considera un pobre resultado para un candidato respaldado por el partido Gobernante, que además cuenta con el mayor número de afiliados del país. Croacia tiene unos 3,5 millones de electores. La participación en la primera vuelta fue del 46%, la más baja de unas elecciones presidenciales en 15 años.