Al menos 35 personas murieron en los ataques, que afectaron al centro de Sumy, ciudad situada a unos 30 kilómetros de la frontera de Ucrania con Rusia.
Ucrania está de luto por las víctimas del ataque ruso con misiles balísticos contra Sumy, en el que murieron al menos 35 personas, incluidos niños, y 119 resultaron heridas. Según las autoridades ucranianas, dos misiles balísticos alcanzaron la ciudad hacia las 10:15 de la mañana, impactando en una zona que alberga varios edificios religiosos donde muchos residentes se reunían para celebrar el Domingo de Ramos.
"Este es el centro de la ciudad, la parte central, y ayer fue una gran fiesta religiosa. Hay edificios religiosos a ambos lados de la calle donde se produjo el bombardeo. La gente iba al culto, así que había muchos heridos y lesionados", explicó Oleh Strilka, portavoz del Servicio de Emergencias de la región de Sumy.
Strilka describió cómo los equipos de bomberos luchaban por apagar los restos de coches calcinados esparcidos entre los escombros de los edificios dañados y dijo que los equipos de emergencia seguían retirando fragmentos de cristal el día después del ataque. Muchas personas se han reunido para depositar flores en los monumentos improvisados en honor de los fallecidos.
Condena internacional
El ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radek Sikorski, calificó los ataques de "respuesta burlona de Rusia" al acuerdo de Kiev de alto el fuego propuesto por Estados Unidos hace más de un mes.
La ministra finlandesa de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, también señaló que el ataque en Sumy se produjo justo después de que el enviado del presidente Donald Trump, Steve Witkoff, visitara San Petersburgo para mantener conversaciones con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Afirmó que esto pone de relieve cómo "Rusia muestra total desprecio por el proceso de paz, pero también que Rusia tiene cero consideración por la vida humana." El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acogido con satisfacción la respuesta internacional al ataque ruso, pero afirma que es necesaria más presión sobre Moscú para poner fin a la guerra. "Sólo una presión real sobre Rusia puede detener esto. Necesitamos sanciones tangibles contra los sectores que financian la maquinaria asesina rusa", escribió en X.
En su discurso nocturno del lunes, el presidente ucraniano afirmó que "los propagandistas estatales rusos están preparando a su público para que las negociaciones y la diplomacia no funcionen". "Ahora mismo en Moscú no tienen miedo. Y si no hay suficiente presión sobre Rusia, seguirán haciendo lo que acostumbran: seguir luchando", añadió.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que los misiles iban dirigidos contra "comandantes militares ucranianos y sus colegas occidentales" en Sumy, y acusó a Kiev de utilizar a civiles como escudos al celebrar reuniones militares en el centro de la ciudad. El Ministerio de Defensa ruso también afirmó que el ataque mató a más de 60 soldados, pero no ofreció ninguna prueba para respaldar sus afirmaciones.