Washington ha anunciado la prohibición de entrada en su territorio al exmandatario de tecnología y a otros cuatro activistas europeos, decisión que Breton ha calificado como una "caza de brujas".
El Departamento de Estado de Estados Unidos impuso el martes restricciones de visado a un antiguo comisario de la Unión Europea y a otras cuatro personas, acusándolas de obligar a las plataformas de redes sociales estadounidenses a censurar a los usuarios y sus puntos de vista. La UE ha mostrado su malestar por la medida de la Administración Trump.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró que las cinco personas a las que se ha prohibido el visado "han liderado esfuerzos organizados para coaccionar a las plataformas estadounidenses para que censuren, desmoneticen y supriman los puntos de vista estadounidenses a los que se oponen".
"Estos activistas radicales y ONG armadas han promovido medidas de censura por parte de Estados extranjeros, en todos los casos dirigidas contra personas y empresas estadounidenses", afirmó Rubio en un comunicado. Este no nombró inicialmente a los afectados, pero la subsecretaria de Diplomacia Pública de EE.UU., Sarah Rogers, los identificó en X acusándolos de "fomentar la censura de la expresión estadounidense".
El objetivo de más alto perfil fue Thierry Breton, un exejecutivo de negocios francés que se desempeñó como comisario europeo para el Mercado Interior de 2019 a 2024. Rogers describió a Breton como el "cerebro" de la Ley de Servicios Digitales de la UE (DSA), el reglamento de la esfera digital de la UE que impone la moderación de contenidos y otras normas a las principales plataformas de medios sociales que operan en Europa.
Las prohibiciones de visado también afectaban a Anna-Lena von Hodenberg y Josephine Ballon, de la organización sin ánimo de lucro alemana HateAid, Clare Melford, cofundadora del Global Disinformation Index, con sede en el Reino Unido, e Imran Ahmed, director ejecutivo británico del Center for Countering Digital Hate, con sede en Estados Unidos.
Breton respondió a la prohibición de visado a X escribiendo: "¿Ha vuelto la caza de brujas de McCarthy?" Como recordatorio: el 90% del Parlamento Europeo -nuestro órgano elegido democráticamente- y los 27 Estados miembros votaron unánimemente a favor del DSA", añadió Breton. "A nuestros amigos estadounidenses: La censura no está donde creéis que está".
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, declaró que Francia "condena enérgicamente" las restricciones de visado, y añadió que Europa "no puede permitir que las normas que rigen su espacio digital les sean impuestas por otros".
"La Ley de Servicios Digitales (DSA) se adoptó democráticamente en Europa (...) no tiene en absoluto alcance extraterritorial y no afecta en modo alguno a Estados Unidos", declaró Barrot. Las tres organizaciones sin ánimo de lucro también han rechazado las afirmaciones de Washington y han criticado la decisión del martes de prohibir los visados.
La carta que lo empezó todo
Rogers se refirió específicamente a una carta que Breton envió al propietario de X, Elon Musk, en agosto de 2024, antes de una entrevista que Musk planeaba realizar con el entonces candidato presidencial estadounidense Donald Trump.
En la carta, Breton advertía a Musk de que debía cumplir la Ley de Servicios Digitales. Rogers acusó a Breton de haber "recordado ominosamente a Musk las obligaciones legales de X y los procedimientos formales en curso por presunto incumplimiento de los requisitos de contenido ilegal y desinformación en virtud de la DSA".
En febrero, el vicepresidente estadounidense J.D. Vance utilizó uno de sus primeros discursos importantes tras asumir el cargo para criticar lo que describió como esfuerzos de censura en Europa, pronunciado en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Este afirmó que los dirigentes habían "amenazado e intimidado a las empresas de medios sociales para que censuraran la llamada desinformación", citando el ejemplo de la teoría de la filtración del laboratorio COVID-19.
La DSA estipula que las principales plataformas deben explicar las decisiones de moderación de contenidos, ofrecer transparencia a los usuarios y garantizar que los investigadores puedan llevar a cabo trabajos esenciales, como conocer el grado de exposición de los niños a contenidos peligrosos.
La normativa digital de la UE se ha convertido en una crítica común para los conservadores estadounidenses, que la consideran un arma de censura contra las voces de derechas que piensan en Europa y fuera de ella, acusación que Bruselas niega. La Comisión Europea rechazó en agosto las acusaciones de censura de Estados Unidos, calificándolas de "tonterías" y "completamente infundadas".
A principios de este mes, la Comisión Europea consideró que Musk, mediante su red social X, incumplía las normas de la DSA sobre transparencia en la publicidad y métodos de verificación, lo que provocó otro revuelo en Estados Unidos.