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Análisis: Con Breton fuera, Ursula von der Leyen se afianza en el poder

Ursula von der Leyen y Thierry Breton.
Ursula von der Leyen y Thierry Breton. Derechos de autor European Union.
Derechos de autor European Union.
Por Jorge Liboreiro
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

La dramática dimisión del francés marca el tono del segundo mandato de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea.

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La llegada de Thierry Breton a Bruselas se produjo en medio de una especie de terremoto político: su nombre surgió en 2019 después de que el Parlamento Europeo rechazara a Sylvie Goulard, la candidata francesa a comisaria europea, lo que provocó una furibunda reacción del Elíseo. El ex director general de Atos entró entonces en liza, superó el interrogatorio parlamentario y se hizo con la poderosa cartera encargada del mercado interior.

Así pues, la salida de Breton se produce en medio de un torbellino similar. En una carta mordaz y sin tapujos publicada en X (red social muy criticada por su parte), el francés anunciaba su abrupta dimisión y acusaba directamente a la presidenta Ursula von der Leyen de conspirar contra su reelección.

Hasta primeras horas de la mañana del lunes, Breton había sido considerado un favorito indiscutible para ocupar un puesto de vicepresidente en el segundo mandato de Von der Leyen, que se espera que se centre en gran medida en la economía y la competitividad.

La labor reguladora de Breton para frenar los excesos de poder de las grandes tecnológicas e impulsar la base manufacturera de la UE, sobre todo en las vacunas COVID-19 y el equipamiento militar para Ucrania, parecían credenciales sólidas para justificar su ascenso a una cartera más amplia y horizontal.

Experiencia en el sector privado

Basándose descaradamente en su experiencia en el sector privado, adoptó una personalidad franca y práctica. Las fotos de sus numerosas visitas a fábricas de toda Europa se convirtieron en habituales en sus redes sociales. Su forma de trabajar se ganó el aplauso de muchos y aportó aire fresco a la monótona política de Bruselas.

Pero sus logros, y la notoriedad que adquirió gracias a ellos, no lograron superar sus diferencias personales con su jefa, que al principio se fraguaron a puerta cerrada y poco a poco fueron saliendo a la luz.

El primer indicio se produjo en marzo, cuando Breton, en un mensaje de última hora de la tarde, arremetió contra el Partido Popular Europeo (PPE) por su apoyo poco entusiasta a la candidatura de Von der Leyen a la reelección.

Acusaciones de deslealtad

La diatriba suscitó serias dudas éticas, ya que parecía incumplir las directrices internas del Ejecutivo para las elecciones a la UE, que imponen limitaciones a los Comisarios para evitar conflictos de intereses y la politización de sus cargos. También suscitó acusaciones de deslealtad porque Breton estaba socavando la posición política de su jefa.

La siguiente grieta importante se produjo en agosto, después de que Breton, en su incansable cruzada contra el dominio del mercado de Silicon Valley, publicara una carta dirigida a Elon Musk antes de la entrevista del multimillonario con Donald Trump en X, la plataforma de la que es propietario.

Breton recordaba a Musk su obligación, en virtud de la legislación de la UE, de impedir la amplificación de contenidos nocivos o falsos y prometía "hacer pleno uso de nuestra caja de herramientas" en caso de infracción.

La carta fue contraproducente y desencadenó una avalancha de críticas contra Breton por lo que se consideró un ataque a la libertad de expresión y un caso flagrante de extralimitación de poderes. La Comisión se distanció rápidamente de la debacle, afirmando que Von der Leyen no tenía conocimiento previo del mensaje de Breton.

Acusaciones contra Von der Leyen

Esto preparó el terreno para su dramática dimisión y su explosiva afirmación de que Von der Leyen había presionado al presidente Emmanuel Macron para que dejara de lado a Breton como candidato de Francia a comisario europeo a cambio de una cartera más alta.

"Usted pidió a Francia que retirara mi nombre -por razones personales que en ningún caso ha discutido directamente conmigo- y ofreció, como contrapartida política, una cartera supuestamente más influyente para Francia en el futuro Colegio", escribió Breton.

La Comisión no confirmó ni negó que Von der Leyen hubiera tendido la mano a Macron, argumentando que estas interacciones se basaban en "la confianza y la confidencialidad".

Los eurodiputados se han pronunciado al respecto: Raphaël Glucksmann, socialista francés, alabó el legado de Breton y calificó su marcha de "muy mala señal, tanto en el fondo como en la forma". Por su parte, Dirk Gotink, del PPE, dijo que era "bastante ridículo torpedear así el proceso de formación del Colegio por mezquinos agravios personales".

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Los efectos de su dimisión ya son evidentes

Con Breton, un político de mente libre y reputación de independiente, oficialmente fuera de juego, Von der Leyen refuerza su control de la Comisión y marca el tono de su nuevo mandato: la lealtad será apreciada, la disidencia no.

Favorecida por una mayoría mayor de la esperada, Von der Leyen no tiene ningún incentivo para cambiar su forma de gobernar, que ha sido tachada de excesivamente centralizada e impenetrable más allá de un selecto grupo de asesores.

Breton no fue el primero en desafiar a Von der Leyen

Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo neerlandés del Pacto Verde, también conocido por decir lo que pensaba sin rodeos, dejó la Comisión en 2023 para presentarse a las elecciones nacionales. Para entonces, se había convertido en el blanco de una vitriólica campaña liderada por el PPE y apenas recibió apoyo público de Von der Leyen.

Otro cándido personaje, el alto representante Josep Borrell, que reprendió públicamente a Von der Leyen por su gestión inicial de la guerra entre Israel y Hamás, se acerca al final de su mandato y pronto abandonará Bruselas. Nicolas Schmit, el principal candidato de los socialistas, que se presentó contra Von der Leyen, tampoco se quedará, aunque quisiera.

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Con el PPE a punto de controlar la mayoría de los puestos de la próxima Comisión, parece poco probable que Von der Leyen reciba oposición dentro de su equipo a la estrategia para hacer frente a los numerosos problemas de Europa.

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