Unos biotecnólogos de la Universidad Politécnica de Cracovia están desarrollando esmaltes capaces de liberar fármacos tanto en el organismo como por vía tópica.
Gracias a un grupo de científicos polacos, el esmalte de uñas podría convertirse pronto en algo más que un simple producto cosmético. Combinando tecnologías médicas ya existentes, como las empleadas para los apósitos líquidos, el equipo de investigadores pretende crear un producto tan útil como vistoso.
Iga Chodak y Kamil Jurek, estudiantes de segundo curso de biotecnología en la Facultad de Ingeniería Química y Tecnología de la Universidad Politécnica de Cracovia, trabajan actualmente en dotar a las uñas de nuevas funciones terapéuticas. Según ellos, las acrílicas con función liberadora de fármacos podrían ser una alternativa interesante a los actuales métodos de administración de medicamentos.
Estos universitarios trabajan bajo la supervisión de especialistas universitarios en química orgánica y tecnología de fármacos, entre ellos la doctora Jolanta Jaskowska, del Departamento de Química Orgánica y Tecnología de la Facultad de Ingeniería Química y Tecnología de la Universidad Politécnica de Cracovia. "Cuanto más leía sobre el tema, más información interesante encontraba sobre que ésta podría ser una forma interesante de administración de fármacos, porque la mayoría de los que consumimos son hidrosolubles", declara Jaskowska en una entrevista con 'Euronews'.
Adaptar innovaciones médicas ya existentes
"Nuestra placa ungueal puede asimilar justo esas sustancias que son hidrosolubles, así que teóricamente es posible", añade. Jaskowska, junto con la ingeniera Anna Drabczyk, del mismo departamento, son las expertas de este proyecto, junto a trabajadores del sector. El esmalte se inspira en la idea de adaptar innovaciones médicas ya existentes, dotarlas de nuevas propiedades y presentarlas de distintas formas. "Dado que los sistemas de administración de fármacos en parches cutáneos ya son prácticamente habituales y pueden encontrarse en todas las farmacias, ¿por qué no pensar en las uñas?", afirma Jaskowska.
"La mayoría de las veces estos barnices terapéuticos tratan enfermedades fúngicas tópicas, pero la formulación del barniz de uñas también puede tratarse como un sistema transdérmico de administración de fármacos", añade. Según la líder del estudio, el proceso de investigación durará unos cinco años debido a la complejidad del estudio y a problemas de financiación. Tanto ella como su equipo esperan que estas uñas puedan suponer un cambio real en el uso de terapias tópicas. "Quizá nos permitan sustituir esas dosis de fármacos una vez cada varios días, una vez a la semana", concluye.