La policía tailandesa utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que se dirigían a la casa de gobierno pidiendo la dimisión del primer ministro tailandés, Prayut Chan-o-cha, por su mala gestión de la crisis del COVID-19.
Cientos de manifestantes se concentraron el domingo a pesar de que el gobierno había emitido una estricta medida que prohibía la reunión de más de cinco personas en Bangkok para frenar el aumento de la pandemia de COVID-19.
La concentración estuvo encabezada por Free Youth, un grupo de protesta estudiantil que reunió a varios miles de manifestantes en sus protestas antigubernamentales iniciadas en julio del año pasado.
Tailandia sigue experimentando un aumento de los casos de COVID-19, y el domingo informó de una cifra récord. Las autoridades sanitarias informaron el domingo de 11.397 nuevos casos y 101 muertes, lo que eleva el total desde que comenzó la pandemia el año pasado a 374.523 casos confirmados y 3.2047 muertes.
