Jean-Paul Costa: "Las relaciones entre las religiones y los Estados se han vuelto más problemáticas, más difíciles y más tensas"

Jean-Paul Costa: "Las relaciones entre las religiones y los Estados se han vuelto más problemáticas, más difíciles y más tensas"
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Por Euronews
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Los derechos humanos en Europa son la especialidad de Jean-Paul Costa. De hecho este magistrado francés preside en Estrasburgo la Corte Europea de los Derechos Humanos. Un tribunal al que puede dirigirse cualquier ciudadano de los 47 estados miembros del Consejo de Europa. Hace justo 60 años, tras finalizar la segunda guerra mundial, los 10 gobiernos fundadores firmaron el Convenio europeo de los Derechos Humanos.

Desde entonces el Consejo de Europa ha crecido y con ello también la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos. La situación actual ¿es plenamente satisfactoria? ¿Hacia donde van los Derechos Humanos en Europa? Jean-Paul Costa lo cuenta en euronews.

Christophe Midol-Monnet, euronews: Buenos días y bienvenido a euronews. ¿Cuál es la situación de los Derechos Humanos en Europa en la actualidad?

Jean-Paul Costa, presidente de la Corte europea de Derechos Humanos: Hay un empeoramiento debido, principalmente, a dos fenómenos. Las amenazas terroristas, que obligan a los estados europeos a reaccionar en el terreno de la seguridad.

Y después está también la crisis económica y financiera, que ha hecho que muchos estados tengan ahora prioridades económicas y sociales que se alejan de la protección de los derechos y las libertades. Pero aún así, el panorama global no es, afortunadamente, demasiado malo. Los países europeos no tienen regímenes dictatoriales ni guerras internas o civiles… Y eso se refleja en los derechos humanos.

euronews: Cada vez más se oye decir que los europeos dan mucha importancia a los derechos humanos en las relaciones internacionales ¿Qué opina usted?

Jean-Paul Costa: Es cierto que muy a menudo los estados europeos dicen que “hay que anteponer los derechos humanos, que los países de fuera de Europa tienen que respetar estos derechos, que hay que abolir la pena de muerte. Pero en realidad vemos que cuando surgen negociaciones económicas, comerciales o financieras importantes esas declaraciones caen en saco roto. Creo que ese es el eterno problema. Si a corto plazo usted quiere hacer política internacional y pone el listón demasiado alto puede que esos Estados se asusten y sea contraproducente.

euronews: Usted preside la Corte desde 2007. Desde entonces ¿qué asuntos importantes han tratado? y ¿qué cambios se han producido?

Jean-Paul Costa: Cada vez tratamos más asuntos sobre biología, bioética, fecundación asistida, sobre los problemas de adopción o sobre el matrimonio homosexual… En fin asuntos de la sociedad que los estados cada vez resuelven menos y que llegan más frecuentemente a nuestro Tribunal.

Y el segundo asunto, es también bastante interesante, se trata de temas religiosos y de las relaciones entre las religiones y el Estado. Por ejemplo hemos dictado sentencias sobre el velo islámico. También tenemos el problema del burka en algunos países. Ya hemos recibido recursos sobre los minaretes en Suiza aunque todavía no han sido juzgados pero su tramitación ya está en marcha.

Y podría citar otros muchos ejemplos que no se refieren al Islam sino a otras religiones que se practican en Europa. Uno de los temas que está actualmente sobre la mesa, la audiencia tendrá lugar a finales del mes de junio, es la presencia del crucifijo en las clases de los colegios de Italia. Así que ya ve, todo esto son asuntos que hace cinco o diez años casi no existían y que muestran que la Corte europea de los Derechos Humanos es requerida desde todos los frentes.

euronews: ¿Cómo explica el aumento de asuntos en materia religiosa?

Jean-Paul Costa: Por un lado las relaciones entre las religiones y los Estados se han vuelto más problemáticas, más difíciles y más tensas. Y por otro lado parece que a menudo los Estados, los legisladores nacionales, los gobernantes y los parlamentarios tienen más problemas para resolver estas cuestiones de una manera satisfactoria así que se dirigen a la Corte europea de Derechos Humanos para que dé una orientación general. Y eso no es fácil. Es muy interesante y todo un honor para nuestro tribunal tener esta responsabilidad, pero le puedo asegurar, desde mi experiencia del día a día, que no es siempre fácil.

euronews: ¿Qué análisis hace sobre la adhesión de la Unión Europea a la Convención europea de los Derechos Humanos?

Jean-Paul Costa: El Tratado de Lisboa recoge la adhesión y el artículo 14 del Convenio así lo confirma… pero queda todavía establecer las medidas prácticas, resolver algunos problemas jurídicos importantes. Será entonces cuando todo esté listo. Yo creo que será algo bueno para toda Europa, para los 27 países de la Unión Europea y para los 47 que forman parte del Consejo de Europa y finalmente para los 800 millones de ciudadanos europeos que tendrán un espacio judicial y jurídico consolidado.

euronews: Entre el Convenio europeo de los Derechos Humanos y la Carta de Derechos fundamentales de la Unión europea, ¿Hay rivalidad o son complementarios?

Jean-Paul Costa: Más bien son complementarios porque la Carta de Derechos fundamentales de la Unión europea, que fue elaborada en el 2000 y que acaba de entrar también en vigor con el Tratado de Lisboa, es una especie de relectura más moderna y más completa de la Convención europea de los Derechos Humanos. La Carta trata asuntos que eran desconocidos hace cincuenta o sesenta años, como la protección del medio ambiente, la informática, internet o los avances y progresos de la biología o la biomedicina. Es también más completa porque abarca ciertos derechos sociales que no estaban suficientemente desarrollados en la Convención europea de los Derechos Humanos de 1950. Así que son complementarios. Eso no quiere decir que nuestro Tribunal esté obligado por la Carta de Derechos fundamentales de la Unión europea que afecta solo a los 27. Pero desde ya nos inspiramos en esta Carta siempre que muestra un avance en la protección de los derechos y libertades. Es una fuente de inspiración porque no es obligatoria ni vinculante para nuestro Tribunal. Pero es una fuente muy interesante.

euronews: Celebramos en estos días el sesenta aniversario de la Convención europea de los Derechos Humanos ¿Cómo imagina usted el papel de la Corte dentro de sesenta años?

Jean-Paul Costa: Aunque sesenta años es mucho tiempo y probablemente yo no estaré aquí para ver si tengo razón o no, lo más razonable es que la Corte continúe pero que tenga un papel más subsidiario. Es decir que no tratará más que los grandes asuntos y que los Estados habrán tomado las medidas legislativas y judiciales que les permitan solucionar la mayor parte de los asuntos menores que surjan en materia de derechos y libertades. Ese es el escenario que me parece razonablemente más optimista pero también más verosimil.

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