La tranquila población de Ashbourne, en la región central de Inglaterra, se transformó en un lugar lleno de pasión y desenfreno. El motivo: un
La tranquila población de Ashbourne, en la región central de Inglaterra, se transformó en un lugar lleno de pasión y desenfreno. El motivo: un deporte tradicional de dos días de duración al que podrían haber jugado nuestros ancestros antes de la invención del fútbol en el que se enfrentan los ciudadanos del norte y del sur de la localidad. Sin embargo, las dimensiones y las reglas del juego son muy distintas a las del balompié.
Miles de personas intentan hacer pasar el balón de un lado al otro de la ciudad, separados por cinco kilómetros de distancia, para marcar en la zona rival. Tras 48 horas de partido, el norte de Ashbourne se acabó imponiendo por 1 a 0.