Se cumplen veinte años de los ataques con gas sarín en el metro de Tokio

Cinco miembros de la secta que anunciaba el juicio final, Verdad Suprema consiguieron intoxicar a 6.300 personas. Hubo 13 muertos. Decenas de personas quedaron en estado casi vegetativo.
La sociedad nipona continúa perpleja por este ataque mientras siguen sin estar claros los motivos que empujaron a los seguidores de la secta Aum a organizarlo y ejecutarlo.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, prometió hacer “todo lo posible para que algo así nunca vuelva a ocurrir”. Acudió a la estación de Kasumigaseki, en pleno distrito gubernamental de Tokio, una de las más afectadas por el gas sarín.
Los tribunales han procesado a unos 190 miembros del grupo, emitido cinco condenas de cadena perpetua y confirmado 13 penas de
muerte no ejecutadas.