Un juez pone coto a los excesos estadounidenses en suelo iraquí. Cadena perpetúa es la pena a la que ha condenado un tribunal de Washington a
Un juez pone coto a los excesos estadounidenses en suelo iraquí. Cadena perpetúa es la pena a la que ha condenado un tribunal de Washington a Nicholas Slatten por su implicación en el asesinato de varios civiles en Irak.
Otras tres personas que en aquel momento también trabajaban en la empresa Blackwater, encargada de la seguridad del personal estadounidense en Irak, han sido castigadas con 30 años de prisión por homicidio. Todos ellos habían sido declarados culpables el pasado mes de octubre pero sus abogados han estado intentando apelar para rebajar sus penas.
Los cuatro sentenciados abrieron fuego el 16 de septiembre de 2007 contra civiles iraquíes con el pretexto de despejar el camino de diplomáticos de Washington. Catorce personas murieron y otras 17 resultaron heridas en unos hechos que promovieron sentimientos contra Estados Unidos en todo el mundo y abrieron un debate sobre las contrataciones del Gobierno para garantizar la seguridad.