Las ruinas milenarias de la ciudad siria de Palmira han sido testigos de nuevos ataques de combatientes del grupo Estado Islámico, que se han hecho
Las ruinas milenarias de la ciudad siria de Palmira han sido testigos de nuevos ataques de combatientes del grupo Estado Islámico, que se han hecho con el control de un tercio del territorio.
Los yihadistas entraron en la urbe tras enfrentamientos contra las fuerzas del régimen de Bachar al Asad, que el pasado domingo expulsaron a los radicales del norte de la población.
Durante una semana de ataques en el este de la provincia de Homs, los yihadistas tomaron los pueblos de Al Sujna y Al Ameriya, así como de los campos de gas de Al Arak y Al Hil, todas ellas localidades próximas a Palmira.
Ante el temor de próximos choques, cientos de estatuas de la ciudad, que alberga monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, han sido trasladadas a zonas seguras.
Antes del inicio del conflicto sirio, en marzo del 2011, las ruinas de Palmira eran uno de los principales centros turísticos del país árabe.
