Las dos principales fuerzas llegan prácticamente empatadas a las elecciones generales danesas. Cuatro millones de ciudadanos están llamados a las
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Las dos principales fuerzas llegan prácticamente empatadas a las elecciones generales danesas. Cuatro millones de ciudadanos están llamados a las urnas para elegir a los 179 diputados del Parlamento unicameral de uno de los países con mayor tasa de participación, habitualmente superior al 80%.
La socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt aspira a revalidar el cargo de primera ministra respaldada por la mejora de la situación económica de los últimos meses y tras el incumplimiento de sus promesas y los recortes. Para acortar distancias, su principal rival, el liberal Lars Løkke Rasmussen, ha aludido a la política sobre refugiados.
“El tema de la inmigración no era parte de la agenda durante la primera semana de la campaña. La siguiente semana, cuando el actual gobierno de izquierdas parecía que iba a ganar, los liberales jugaron esa carta y dijeron, ahora vamos a hablar de eso. La agenda cambió y la mayoría cambió otra vez. Así que parece que si se juega en torno al tema de la inmigración y la criminalidad, habrá una tendencia a tener un Gobierno de derechas.”
La derecha xenófoba, que aboga por un cierre de fronteras, logró la victoria en los pasados comicios europeos. Pero pese a las aparentes diferencias, el carisma de los líderes juega un papel fundamental en un país acostumbrado al consenso político.