Hungría construye un vallado de 175 kilómetros de largo y cuatro metros de alto en la frontera con Serbia para evitar la entrada de inmigrantes. El
Hungría construye un vallado de 175 kilómetros de largo y cuatro metros de alto en la frontera con Serbia para evitar la entrada de inmigrantes. El levantamiento de esta vasta barrera, que debería estar acabada este lunes, coincide con la movilización de más de 2.000 policías húngaros para reforzar la defensa de su frontera.
La construcción de este vallado forma parte de las duras medidas antiinmigración adoptadas por el Gobierno de Viktor Orban.
A pesar de ello, los refugiados continúan llegando. Tarde o temprano encontrarán un reducto libre de obstáculos, como las vías del tren. Un joven afgano explica a Euronews por qué estos inmigrantes persistirán en su intento por cruzar la frontera:
“Mi padre fue asesinado brutalmente en Afganistán, porque allí no les importas, no hay humanidad, se matan los unos a los otros por nada. Si eres rico, te matarán por dinero. Serán tus enemigos solo por eso. Allí no hay humanidad”, dijo.
El registro de indocumentados puede llevar mucho tiempo, especialmente ante la llegada masiva de personas que ha registrado Hungría en los últimos días. Mientras tanto, diferentes organizaciones humanitarias aportan a los refugiados necesidades prioritarias, como comida, bebida y alojamiento temporal en zonas de tránsito, mientras esperan a que la Administración húngara conteste a sus peticiones de asilo. Hungría es el primer miembro de la Unión Europea y del espacio Schengen al que llegan los indocumentados, que huyen de la inestabilidad política de sus países. Su objetivo es buscar una vida mejor en lugares como Alemania, Suecia o Austria.
“Si no hubiera voluntarios que ayudan a la gente con una cantidad mínima de alimentos, bebidas e información, la mayoría de los solicitantes de asilo no sabrían dónde ir, ni qué ocurriría con ellos”, expresó Márta Pardavi, del Comité Helsinki Húngaro, organización centroeuropea para la protección de los derechos humanos y la asistencia a los refugiados.
Hasta finales de julio, unos 67.000 refugiados pidieron asilo en Hungría. 43.000 de ellos ni siquiera esperaron una respuesta de las autoridades y se fueron del país ilegalmente. Del resto, solo algunos cientos de refugiados consiguieron asilo en Hungría.