La líder opositora birmana Aung San Suu Kyi, clara favorita al triunfo en las legislativas, tiende la mano a los militares. La premio Nobel de la
La líder opositora birmana Aung San Suu Kyi, clara favorita al triunfo en las legislativas, tiende la mano a los militares. La premio Nobel de la Paz, que ha sido reelegida diputada en su circunscripción, ha pedido reunirse con el presidente birmano y con el jefe del Ejército para hablar de “reconciliación”. El presidente Thein Sein le ha propuesto “una reunión bilateral cuando haya terminado el proceso electoral”.
“Me preocupa un poco el traspaso de poder, y ya tuve el mismo mal presentimiento antes. Siempre tenemos la misma preocupación y esto no va a desaparecer de nuestras mentes”, dice un birmano.
“Creo que no va a ser fácil. El actual Gobierno y el elegido deben negociar y cooperar. Tienen que entenderse entre sí y tener un gran corazón”, señala un birmano.
Con el 40% de los votos escrutados, la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Suu Kyi ha logrado más del 80% de los escaños, según la Comisión Electoral.
Los resultados llegan con cuentagotas. Una lentitud que para muchos birmanos es deliberada.
El nuevo Parlamento no entrará en funciones hasta principios de 2016. La Constitución garantiza a los herederos de la Junta Militar el 25% de los escaños y por tanto el derecho a veto. Algo que Suu Kyi piensa combatir, ha dicho, llegado el momento.