El valle de la Becá está situado a unos 30 kilómetros al este de Beirut. Aquí viven desplazadas miles de personas, en tiendas de campaña y
El valle de la Becá está situado a unos 30 kilómetros al este de Beirut. Aquí viven desplazadas miles de personas, en tiendas de campaña y construcciones sin acabar.
Gracias a la ayuda de algunas organizaciones humanitarias, estas familias consiguen gasolina y cobijo para intentar pasar esta dura etapa.
El Gobierno del Líbano cree que el número de refugiados en el país sobrepasa el millón de personas, en un Estado que cuenta con una población de 4,5 millones de personas.
ACNUR estima que el 70% de los refugiados que están en el país viven por debajo del umbral de pobreza nacional, situado en 3,8 dólares al día.
Además ahora los refugiados registrados en el Líbano en edad de trabajar tienen que firmar una declaración notarial renunciando a buscar empleo.
Una representante de ACNUR en la zona ha dicho que cuanto más años los desplazados estén allí, más vulnerables serán. Los ahorros van mermando y muchos se han visto obligados a dejar los apartamentos donde vivían para hacerlo en tiendas de campaña en el campo.
Aseguró que es prácticamente imposible encontrar un trabajo y que casi no tienen ningún tipo de ayudas por parte de las organizaciones humanitarias.
Esta tormenta, llamada Vladimir, empezó el pasado jueves.
Nawal, vive en el campo de refugiados con sus hijos y asegura que lo único que quiere es mantener a sus hijos lejos de la muerte, que prefiere el frío a los bombardeos.
Según ACNUR, más de 195.000 familias sirias necesitan ayuda este invierno para conseguir estar a salvo del frío.