El distrito de Sur, en la ciudad turca de Diyarbakir, retoma una aparente normalidad. Allí las fuerzas de seguridad del país han puesto fin a sus
El distrito de Sur, en la ciudad turca de Diyarbakir, retoma una aparente normalidad. Allí las fuerzas de seguridad del país han puesto fin a sus operaciones contra los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) después de tres meses de enfrentamientos. Sus residentes se congratulaban por ello.
“El fin de las operaciones nos permitirá abrir los comercios y podremos vivir con normalidad. Nuestros hijos son infelices. Al menos podremos darles comida. Son buenas noticias, es positivo para Diyarbakir, para sus ciudadanos. El fin de las operaciones es un alivio”, decía un ciudadano.
Sur es una de las zonas más golpeadas por el conflicto, después de que el alto el fuego entre el Ejército turco y el PKK, que se respetó durante cerca de dos años, se rompiera en 2015.
Días atrás, la policía turca disolvió una marcha multitudinaria en Diyarbakir que protestaba contra los combates. Más de una treintena de personas fueron detenidas.
De acuerdo con las fuerzas armadas, más de 270 milicianos kurdos han muerto durante los choques en Sur.