El futuro de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, está desde esta madrugada en manos de 513 diputados después de que una comisión parlamentaria
El futuro de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, está desde esta madrugada en manos de 513 diputados después de que una comisión parlamentaria haya decidido que existen suficientes razones jurídicas que justifican la apertura de un juicio con vistas a su destitución. La decisión fue adoptada por 38 votos a favor y 27 en contra tras una tensa sesión de casi once horas.
Mientras tanto, y prácticamente en paralelo, las calles de Brasilia acogían una nueva manifestación, en este caso, en apoyo a la presidenta Rousseff. A la cabeza de ella su predecesor Lula da Silva.
#eqp No RJ Lula destaca: “A elite não gosta de dividir o espaço público com o povo brasileiro”. #NaoVaiTerGolpepic.twitter.com/RQt3vZXKQu
— Jandira Feghali (@jandira_feghali) 12 de abril de 2016
“Nunca imaginé, a mis 70 años, que vería a unos golpistas intentando derrocar a un presidente elegido democráticamente con el voto de su pueblo”, señala Lula.
Ouça a íntegra do discurso de Lula na noite de hoje, no Rio de Janeiro. https://t.co/qwO0mDxWNQ
— Instituto Lula (@inst_lula) 12 de abril de 2016
Los seguidores de la presidenta esperan, ahora, que el proceso no prospere. Los impulsores del juicio político necesitarán una mayoría cualificada de dos tercios, es decir 342 de los 513 votos. Y de salir adelante aún debería pasar otra votación en el Senado, cuyos 81 miembros decidirán, por mayoría simple, si someten a Rousseff al proceso. Llegados a ese punto, Rousseff tendría que separarse del cargo durante 180 días, plazo que tiene el Senado para realizar el juicio y en el que sería sustituida por el vicepresidente, Michel Temer quien, por cierto, ya habría grabado un discurso, dando por hecho la destitución y llamando a formar un gobierno de salvación.