La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha recibido el fuego olímpico en el palacio presidencial de Planalto, en Brasilia. La llama llegó al país
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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha recibido el fuego olímpico en el palacio presidencial de Planalto, en Brasilia.
La llama llegó al país sudamericano procedente de Ginebra. Un viaje que empezó el pasado 21 de abril en la ciudad griega de Olimpia y que culminará el 5 de agosto cuando se inauguren los Juegos de Río de Janeiro.
Rousseff ha dicho al recibir el fuego olímpico que su país será el mejor anfitrión que la competición haya conocido.
En 94 días la ciudad carioca acogerá los Juegos Olímpicos de verano. A pesar de que prácticamente todas las instalaciones deportivas están listas y que no ha habido escándalos mayores en la organización como sí sucedió en el Mundial de Fútbol, el país vive uno de los momentos de mayor inestabilidad política y económica de su historia reciente.