Este es el campamento de Peñas Blancas, en la frontera de Costa Rica con Nicaragua.
Este es el campamento de Peñas Blancas, en la frontera de Costa Rica con Nicaragua. Decenas de migrantes malviven en él, esperando que las autoridades de este país centroamericano vuelvan a abrirles la frontera para seguir camino hacia Estados Unidos, su destino final. Costa Rica era permisiva con esta ruta por la que ya han pasado miles de personas, hasta que su vecino del norte comenzó a detenerlos y a devolverlos a su territorio.
“Nosotros aquí estamos sufriendo mucho. Y aquí en Costa Rica llegamos como inmigrantes, pero no nos tratan como inmigrantes. No tenemos donde dormir o vivir. Pasamos muchas calamidades”.
Se calcula que el bloqueo afecta a unos 700; casi 400 han recibido documentos para circular libremente. Proceden sobre todo de África, pero también de Asia. Muchos han llegado en avión hasta Ecuador o Brasil, otros en barcos de carga.
Las autoridades no saben qué hacer: no pueden deportarles porque o están indocumentados o ignoran si pondrían en riesgo sus vidas. Y temen que al menos otros 10.000 están por llegar, lo que podría provocar una crisis humanitaria.