¿Cuál es el futuro de Ucrania?

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Entre esporádicas escaramuzas y golpes bajos diplomáticos el proceso en el conflicto de Ucrania se encuentra, sustancialmente, en punto muerto a

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Entre esporádicas escaramuzas y golpes bajos diplomáticos el proceso en el conflicto de Ucrania se encuentra, sustancialmente, en punto muerto a pesar de que se han reducido de forma considerable las operaciones militares. Los hechos son estos:

  • El armamento pesado no ha sido retirado, aunque rara vez se utilice.
  • Las tropas continúan desplegadas pero sin hacer ningún tipo de movimiento.
  • Se han reanudado algunos servicios básicos necesarios para los civiles
  • Se ha producido poco progreso en temas como la relación entre Ucrania y la UE y el futuro estatuo de las regiones separatistas.

Bajo nivel de enfrentamientos

El número de violaciones del alto al fuego se ha reducido considerablemente desde mediados de agosto, cuando se produjo el pico más alto de violaciones del verano, señala Alexander Huge, jefe adjunto de la misión internacional de la OSCE en una entrevista en exclusiva para Euronews.
Los intercambios de fuego se han producido, principalmente, con armas de pequeño calibre como ametralladoras automáticas y lanza-granadas. “En pocas ocasiones vemos la utilización de armas pesadas”.

En general los observadores de la OSCE informan de que la lucha se limita a ciertas áreas que incluyen los alrededores de Donestk, Pesky, Spartak, la periferia oeste de la ciudad y la zona más cercana a Horlivka.

La operación militar

De acuerdo con el protocolo de Minsk II, firmado por las partes el pasado mes de febrero, los ucranianos y las milicias pro-rusas deberían haber hecho retroceder sus armas pesadas (aquellas que tienen un calibre superior a los 100mm) y situarlas a 25 kilómetros por cada lado con el fin de crear una zona libre de armamento de 50 kilómetros. Según el acuerdo esto debería de haberse efectuado en un plazo de 14 días tras el comienzo del alto el fuego. Eso nunca sucedió realmente. Todavía hay armas pesadas en ambos lados, según detallan los informes de la OSCE, aunque también es cierto que apenas se están utilizando.

El acuerdo también estipulaba que las fuerzas no deberían ser redistribuidas y aquí, de nuevo, no se acatado las reglas.

El ejército de Ucrania, las fueras del DPR (la República Popular de Donestk) y las del LPR (la República Popular de Luhansk) tienden a moverse hacia áreas que han estado libres de la presencia militar desde que el protocolo de Minsk entró en vigor. Eso no conlleva, por tanto, ninguna violación. No es una apropiación de terreno en detrimento del adversario. Las partes extienden su presencia militar a zonas que se encuentran dentro de su propio territorio, por lo que la violación de las disposiciones de Minsk se derivan de la mera reubicación de las unidades, ya que el documento establece que las tropas deberían de haberse congelado, en ningún caso redistribuido.“Moviéndose las parte se ponen tan cerca que casi se pueden ver entre sí y el uso de armas no está prohibido. Por lo general llevan algunas pequeñas”, nos cuenta el funcionario de la OSCE en Kiev. La mayoría de las escaramuzas se producen como consecuencia de los movimientos de tropas que están prohibidos por los acuerdos firmados en la capital bielorrusa.

“Ninguna otra salida” h3>

Sin embargo, a pesar de estos incumplimientos, hay esperanza de que el acuerdo proporcione avances ya que ofrece un marco para que las tres partes continúen hablando.

“No hay ninguna otra salida, ninguna otra opción. Es la única manera de avanzar. Si las partes no hablan solo existe la opción militar”, nos cuenta el jefe adjunto de la misión internacional de la OSCE. Las partes solo han acordado doce áreas para acometer acciones de desminado. Eso podría ser un paso previo fundamental para avanzar, ya que los campos de minas son un verdadero obstáculo para el cumplimiento de otras tareas importantes desde el punto de vista humanitario.

Técnicos sin Fronteras h3>

Vadym Chernysh, director de la Agencia Estatal de Ucrania para la recuperación de Donbass, divide el asunto en tres subgrupos: el humanitaria, el socioeconómico y el desminado. Ambas partes obtienen suministros básicos a través de las mismas redes y tuberías, que no respetan lo acordado en Minsk. Los técnicos, a menudo, tienen que cruzar o trabajar en zonas de conflicto para garantizar servicios vitales como la electricidad y el agua. “La cooperación parece funcionar en este sector, es un ejemplo positivo sobre Minsk”, señala Vadym Chernysh. Pero los técnicos deben trabajar en un ambiente seguro, esa es la razón por la que es muy importante hacer el desminado y detener los combates en zonas en las que se supone que deben trabajar . Hasta ahora el proceso de Minsk parece haber sobrevivido gracias a docenas de pequeños y medianos avances, mientras que los grandes temas parecen estar todavía lejos de resolverse.

La frontera h3>

“Grupos ilegales armados, equipo militar, combatientes y mercenarios”, tal y como los denomina el protocolo, no han sido completamente retirados de Ucrania, mientras que “el monitoreo permanente de la frontera y la verificación entre Ucrania y Rusia por parte de la OSCE, con creación de zonas de seguridad en la frontera” no se ha establecido todavía. Según el analista político pro-ruso afincado en Kiev, Mihail Pogrebinsky “el control de la frontera será devuelto a Ucrania tan pronto como Kiev autorice unas elecciones locales autónomas, la Rada adopte una ley de amnistía para los combatientes insurgentes y el autogobierno de Donestk y Luhansk”. La celebración de unas elecciones locales de acuerdo con la legislación de Ucrania en los territorios de la República Popular Democrática y LNR parece una tarea imposible. Segun Minsk II Ucrania debe llevar a cabo una reforma constitucional para otorgar a esos territorios un autogobierno basado en un “estatus especial”. Esa modificación constitucional conllevó un debate político particularmente tortuoso ya que la mayoría de los partidos ucranianos consideraron que el “estatus especial” es una especie de caballo de Troya de Rusia para mantener en un jaque permanente a Ucrania.

¿Estatus especial o Estado especial? h3> “Para nosotros está claro que la política de nuestros agresores es dividir el país en dos y obligarnos a poner en práctica un estatuto especial. Esa no es nuestra idea. Pensamos que Ucrania es un estado unitario. Queremos reintegrar esos territorios a Ucrania. Estamos contemplando un tipo peculiar de autogobierno para conseguir esa reintegración. Eso es lo que llamamos peculiaridad de la autonomía local”, señala a Euronews el presidente del Parlamento de Ucrania, Volodymyr Groysman, en una entrevista exclusiva. Todavía sigue muy viva la polémica en torno a la decisión del presidente Poroshenko de aceptar la parte del acuerdo que habla de “estatus especial”. Algunos sostienen que fue coaccionado con la amenaza de una ofensiva militar a gran escala . Otros creen que se extralimitó en sus facultades al no conseguir la aprobación parlamentaria.. De esta manera los grandes principios de los acuerdos de Minsk parecen estar todavía lejos de ser implementados. ### El rompecabezas estratégico de la Unión Europea

El estancamiento actual podría alargarse en el tiempo, perpetuando una situación que no reconoce Ucrania. Solo un acuerdo global en Europea del este entre Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea podría resolver este rompecabezas geopolítico. Fuentes diplomáticas occidentales en Kiev señalan su deseo de que Moscú abandone su oposición al acuerdo de asociación entre Ucrania y la Unión Europea que debería ser implementado enl 1 de enero de 2016.
Pero las circunstancias actuales no parecen sugerir que Rusia esté dispuesta a ello. Tampoco ayuda la decisión del Consejo Europeo de prolongar las sanciones contra Rusia, algo que decidió hacer el pasado17 de diciembre. Una de las causas del conflicto con Ucrania fue precisamente la pregunta sobre el Acuerdo de Asociación, algo con lo que se muestra muy escéptico Moscú. Pocos observadores, diplomáticos y responsables políticos, tanto de dentro como de fuera de Ucrania, parecen creer que la situación actual en Ucrania y Europa del Este era (y sigue siendo) el objetivo del Kremlin cuando se anexionó Crimea.

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