La UE y Canadá celebran la firma del CETA

La UE y Canadá celebran la firma del CETA
Por Euronews

Tras siete años y medio de negociaciones y semanas tumultuosas, la Unión Europea (UE) y Canadá han firmado su tratado de libre comercio, conocido como CETA.

Tras siete años y medio de negociaciones y semanas tumultuosas, la Unión Europea (UE) y Canadá han firmado su tratado de libre comercio, conocido como CETA.

La firma del acuerdo se fue retrasando por importantes desacuerdos internos en Bélgica y ha sido posible después de que este país levantara su veto.

El CETA ha sido rubricado en Bruselas por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro eslovaco, Robert Fico, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE.

El presidente del Consejo Europeo ha defendido el tratado señalando que “la alternativa al libre comercio es aislamiento y proteccionismo”.

“Para nuestros ciudadanos no hay duda de que la llamada aplicación provisional, la implementación, la puesta en práctica… será la mejor formación posible, mucho mejor que la persuasión o las palabras. Este es para mí el principal motivo de nuestro muy prudente optimismo”, ha declarado Tusk.

El presidente del Ejecutivo Comunitario ha defendido el acuerdo como “el mejor y el más progresista negociado nunca por la UE”.

Mientras que el primer ministro canadiense, ha dicho que “las pequeñas empresas, los consumidores, empezarán a sentir sus beneficios de inmediato, incluso antes de la ratificación de los 28 parlamentos” europeos.

“Estamos convencidos de que demostrando que este acuerdo es bueno para la clase media y los que trabajan duro para unirse a ella, mostraremos a todos que es algo bueno para nuestras economías respectivas, y también un buen ejemplo para el mundo”, ha señalado Trudeau.

El CETA afecta a unos 545 millones de personas y, según Bruselas, tendrá un impacto anual de 12.000 millones de euros en la economía de la Unión Europea y de 8.000 en la de Canadá.

Sus detractores denuncian que sólo beneficiará a las multinacionales y supondrá un paso atrás en los estándares de calidad de la industria agroalimentaria, en los valores medioambientales y en el empleo.

Noticias relacionadas