Arranca la legislatura más impredecible de la democracia española

Cohesión, diáologo y regeneración democrática. Son los tres ejes que han articulado el discurso del rey Felipe en la ceremonia de apertura de la décimo segunda legislatura del Congreso de los Diputados.
El jefe del Estado se ha referido tambián a la crisis económica y a la crisis de gobierno, a la repetición de elecciones, al conflicto territorial y a los casos de corrupción que están ahora mismo en los tribunales.
“Los valores éticos deben inspirar nuestra vida publica”, decía, “y debemos también asentar referencias cívicas en nuestro comportamiento social. Y es que señorías, la corrupción que ha indignado a la opinión pública en todo nuestro país y que debe seguir siendo combatida con firmeza tiene que llegar a ser un triste recuerdo de una lacra que hemos de vencer y superar”.
En el ámbito protocolario hay que destacar la ausencia de los diputados de Esquerra Republicana de Cataluña y de los independentistas vascos de Bildu. Y el hecho de que los paralmentarios de Unidos Podemos ni han aplaudido la entrada del rey ni han asistido al desfile militar que se celebró después de la ceremonia a las afueras del hemiciclo.
Comienza así una legislatura clave en la que el jefe del gobierno necesitará negociar casi cada decisión que proponga el ejecutivo, en un país que todavía sufre los rigores de la peor crisis económica que se recuerda desde la instauración de la democracia.