El exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Flynn, no renunció al cargo, fue el presidente Donald Trump quien pidió su dimisión.
El exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Flynn, no renunció al cargo, fue el presidente Donald Trump quien pidió su dimisión. Así lo ha anunciado el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien ha añadido que el magnate perdió la confianza en él tras las revelaciones sobre sus conversaciones con Rusia, sobre cuyo contenido mintió al vicepresidente, Mike Pence.
Ha negado que su salida se deba a una cuestión “legal” por dichos contactos:
“No cometió ninguna irregularidad. Hizo una buena labor en relación a los asuntos de interés de ambos países (…) No se trata de una cuestión legal, sino de confianza entre el presidente y el general Flynn. Una confianza que se había erosionado hasta el punto de que sentimos que tenía que haber un cambio”.
Tras su salida, Flynn comentó en Twitter que consideraba injusto que le hubieran convertido en el único chivo expiatorio aunque señaló que se sentía orgulloso de serlo si eso era lo que necesitaba el Gobierno para seguir adelante.
“Un chivo expiatorio. ¿Sabéis lo que es? En una comunidad, cuando alguien quiere quitarse la culpa de algo, cogen una cabra, le ponen todas las cosas malas encima y la echan del lugar. Lo que se extrae de la declaración de Spicer es que otras personas tienen parte de responsabilidad en todo esto”, ha dicho la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Por su parte, legisladores estadounidenses, entre ellos altos cargos republicanos, han pedido que se lleve a cabo una investigación más profunda sobre los vínculos de la Casa Blanca con Rusia.