La ayuda a Grecia vuelve a ser el nudo gordiano de la eurozona y el FMI

El plan de ayuda a Grecia vuelve a estar en la cuerda floja. Los ministros de Finanzas de la zona euro se reunen este lunes en Bruselas para tratar de llegar a un acuerdo sobre una nueva inyección de dinero a Atenas.
El gran problema es que el FMI se resiste a tomar parte en el nuevo tramo de ayuda y reclama a la eurozona que condone antes una parte de la deuda griega. Algo impensable para Alemania, sobre todo en este año electoral.
“Si Grecia sigue haciendo reformas económicas, no habrá problemas”, aseguró el domingo en televisión el ministro alemán de Finanzas, Wolgang Schäuble, confiado en que el FMI mantendrá su apoyo siempre que Atenas sigue ajustando gastos.
Pero los griegos llevan ya siete año oyendo ese mismo discurso, soportando recortes de sueldos y pensiones, mientras los impuestos y las cotizaciones aumentan en una espiral infernal.
“Ningún restaurante puede ser económicamente viable en estas condiciones. Es imposible con este nivel de imposición”, asegura Yannis Kouzoupis, dueño de un restaurante en Atenas.
Falta el crédito y las deudas se acumulan. Asfixiadas por los impuestos, decenas de miles de pequeñas y medianas empresas, que antaño eran el motor de la economía, se han visto obligadas a cerrar sus puertas.