Miles de manifestantes organizaron una gran manifestación ante el edificio del Parlamento en la capital, Sofía, para denunciar los elevados impuestos anunciados en el proyecto de presupuestos para el próximo año. Los manifestantes formaron una cadena humana para impedir la salida de los diputados.
Miles de personas salieron el miércoles por la noche a las calles de Sofía, la capital búlgara, para denunciar los elevados impuestos anunciados en el proyecto de presupuesto para el próximo año, antes de la votación parlamentaria final al respecto.
La coalición opositora entre los partidos Continuamos el cambio y Bulgaria democrática organizó la concentración, que congregó a unos 20.000 manifestantes. La manifestación se produce cuando el país balcánico se prepara para entrar en la eurozona a principios del año que viene.
Según las autoridades, tres policías resultaron heridos en acto de servicio mientras mantenían el orden público a medida que se intensificaban las protestas. También se registraron algunos enfrentamientos y escaramuzas entre unidades antidisturbios y manifestantes.
Algunos de los manifestantes intentaron romper el cordón policial y lanzaron petardos y botellas de cristal contra las fuerzas policiales, durante lo que fue declarado como una protesta pacífica frente al edificio de la Asamblea Nacional, según la Dirección de Interior de Sofía (SDVR).
Los manifestantes también intentaron volcar un furgón policial, pero fueron repelidos por la gendarmería. Las autoridades afirman que algunos manifestantes también atacaron y lanzaron piedras contra los coches oficiales de los miembros del Parlamento.
Las protestas comenzaron a las 18:00, cuando la gente se concentró inicialmente frente a la Asamblea Nacional, y poco después, rodeándola y bloqueando todas las salidas para impedir que los diputados que se encontraban en el interior del edificio, examinando el presupuesto de 2026, pudieran salir.
Algunos manifestantes afirman que la Policía lanzó botes de gas lacrimógeno contra la multitud de manifestantes para dispersarlos. La protesta refleja la preocupación generalizada por el impacto económico del presupuesto en particulares y empresas, incluido el aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social y la duplicación del impuesto sobre los dividendos.
A pesar de la oposición de varios grupos sociales y las advertencias de los economistas de que el proyecto entraña riesgos significativos, es probable que el presupuesto se apruebe, ya que el Gobierno de coalición en funciones cuenta con una cómoda mayoría en el Parlamento.
El presupuesto establece un récord de gasto público, casi el 46% del Producto Interior Bruto (PIB). Este aumento se financiará principalmente con mayores impuestos a empresas y trabajadores, así como con un fuerte incremento de la deuda pública.